Las Ubiñas, Torrebarrio
Las Ubiñas, Torrebarrio

En el mes de Agosto decidimos ir a pasar unos días haciendo mountain bike. Hacía mucho tiempo que queríamos ir a pasar unos días a Asturias con las bicis, así que planeamos una serie de rutas de mtb por las montañas de Asturias y León. Cogimos el coche y nos plantamos en Torrebarrio (León) para comenzar nuestro periplo. En nuestra primera etapa salimos al mediodía de Torrebarrio hacia el puerto de Pinos, en el que curiosamente no hay ni uno de esos árboles. El camino era bastante técnico y con algunas rampas duras, pero sólo era el aperitivo de lo que íbamos a ver en los próximos días. Al coronar el puerto se llega a la zona de Casa Mieres, un refugio de pastores. Ahí se cambian las duras rampas de tierra por unas praderías que parecen sacadas de un cuento. Las vacas y caballos nos miran, pero siguen tranquilos disfrutando del pasto. Rodamos fuera del camino pero bastante cómodos por la hierba. Nos queda una última rampa dura antes de afrontar el descenso. Comienza a atardecer y una luz mágica lo inunda todo. Llegamos a San Emiliano, donde habíamos comenzado el ascenso del puerto, y tenemos que apretar un poquillo la pedalada para que no se nos haga de noche. Ha sido una primera media jornada ideal como toma de contacto.

En nuestro segundo día salimos de nuevo de Torrebarrio. Hace una estupenda mañana y pronto dejamos la carretera para meternos por caminos. Nuestro objetivo para hoy es la Laguna de las Verdes. Los primeros kilómetros son de aproximación, pero una vez que se coge el desvío en Huergas comenzamos a ascender. Al llegar a Torre de Babia te encuentras con los carteles se indican el ascenso hasta la Laguna. Es una ruta de senderismo corta y muy bonita, así que nos encontramos con algunos caminantes. Nada más comenzar, las primeras rampas duras. Desde ahí, continuamos siempre ascendiendo, hasta llegar a una cabaña de pastores. Dejamos la bici porque los últimos metros los hacemos caminando y al fin llegamos a la laguna. Es una laguna pequeña, pero muy bonita. Está cubierta de una vegetación verde muy intenso, que contrasta con las rocas grises que la rodean. Un rincón con mucho encanto. Descansamos, comemos, sacamos muchas fotos… y de vuelta a casa por donde hemos venido.

La tercera jornada es una de las etapas reina del viaje. Cogemos el coche y vamos a Torrestío. El comienzo de la ruta es paralelo a la ruta que habíamos hecho con las raquetas en enero, así que el paisaje es conocido. Como siempre, empezamos con buen camino, pero al kilómetro y medio se va poniendo cabresco y las rampas comienzas a ponerse difíciles. Aún así, sin prisa pero sin pausa, vamos ascendiendo. Ya estamos metidos en dinámica. Tenemos que llegar hasta la altura del Camín Real de la Mesa. Las últimas rampas se hacen duras, así que al coronar hacemos un pequeño descanso, pero somos conscientes de que ya hemos subido la mitad de lo que nos tocará en el día de hoy. Rodamos por las vegas hasta unas casas de teitu, que son la construcción típica de la zona (casas de pastores). De pronto el día se cubre, y nos sentimos un poco desorientados. Tenemos dos opciones para llegar hasta el pie de la Farrapona, y escogemos la peor! Decidimos seguir una ruta de senderismo marcada y cuando nos damos cuenta estamos en el Desfiladero de los Arroxos, que es un sendero muy chulo, pero muy estrecho, y casi ya cuesta pasar andando, con la bici es impracticable. Nos la tenemos que echar al hombre, y aún así el terreno es tan abrupto y hay tanta maleza, que a veces cuesta avanzar. Un pequeño error, pero cuando al fin aparece la carretera nos alegramos como nunca de verla. Rodamos rápidos a pesar de que es subida, ya que el asfalto está en muy buen estado. Hay una fuente antes de encarar los últimos kilómetros de subida, así que paramos a comer, beber y reponer un poco las fuerzas. La Farrapona nos espera! Tratamos de tomarlo con calma, ya que esperamos un puerto duro, pero nos encontramos fenomenal y cuando nos queremos dar cuenta ya estamos en las revueltas finales. Hemos subido como unos titanes, así que cambiamos de nuevo el asfalto por el camino y regresamos a Torrestío por la pista. Ha sido un día genial, con vistas estupendas; duro pero gratificante, y el habernos visto tan bien nos da mucha energía!

La Farrapona
La Farrapona

La cuarta jornada fue de transición. Arrancamos de Torrebarrio al Valle de Lago. Aprovechamos el día para ir a ver las Fuentes del Sil en la Cueta y para catar unas delicias gastronómicas del lugar en Pola de Somiedo.

En el quinto día fuimos a ver el Lago del Valle. Es una ruta que se puede hacer a pie o en bici bastante concurrida. El lago no nos pareció gran cosa, ya que es una presa, pero el camino hasta allí sí que es realmente bonito. A mitad del camino un cartel indica “camino por el sol” o “camino por la sombra”, elegimos sombra… y mal hecho, ya que al final hay una parte que no es ciclable, así que tenemos que cruzar monte a través para ir al del sol. Si vas caminando es aconsejable hacer el final circular, pero si vas con la bici, elige “sol”. Al pasar al lado asturiano nos hemos dado cuanta de que este lado está muchísimos más explotado de cara al turismo. En León las montañas eran nuestra y ahora nos toca compartirlas.

La sexta jornada la pasamos ciclando por la Vía Verde de la Senda del Oso. Fue una grata sorpresa para nosotros, ya que no esperábamos gran cosa, sino un día de “soltar piernas”; y realmente disfrutamos mucho ese día. Si es verdad que la zona del cercado de los osos está muy masificada, a medida que te separas del recinto la gente se dispersa y en algunos tramos estuvimos solos. La sombra, los desniveles tenidos… hace que el paseo sea muy agradable, y la distancia que quieres recorrer la pones tú, ya que la vía tiene forma de Y, así que puedes hacer diversos tramos. No hay camping cerca, así que continuamos con el coche hasta Arenas de Cabrales.

La séptima y última, es realmente la etapa reina del viaje, y aunque nos levantamos un poco cansados ya que el día anterior fue largo, especialmente porque hubo que hacer bastante trayecto en coche, estamos deseando empezar. Nos acercamos a Sotres y allí comenzamos a pedalear. Hace muy buen día y un pelín de calor. El día será largo, así que tomémoslo con calma. Hasta que lleguemos a los Puertos de Áliva todo será subida, así que mejor no cebarse y disfrutar del paisaje. Llegamos a un pueblo que parece abandonado y aprovechamos para refrescarnos en una maravillosa fuente que hay. La subida parece tendida porque la pista es ancha, pero ya hemos subido bastante y el calor aprieta un poquillo. Aquí se acaba la buena pista y comienzan las rampas duras, nada más salir del pueblo. La cosa se pone seria, así que mucha calma, beber mucho y alimentar el cuerpo. Menos mal que los paisajes son de infarto y echar una mirada alrededor te da energía para seguir subiendo. Llegamos a la Lomba del Toro, con sus duras rampas, pero a lo lejos ya se ve el hotel, así que eso nos anima. Podremos comer y beber algo fresquito cuando lleguemos. Descansamos un rato y emprendemos el ascenso final. En esta parte de la ruta hay mucha gente; caminantes que han cogido el Teleférico en Fuentedé y caminan unos kilómetros hasta el hotel. En dirección contraria vamos nosotros. Los últimos kilómetros se hace duros porque ya llevamos ascendidos muchos metros, pero la vista de los Puertos del Áliva es espectacular. Y ahora sólo nos queda bajar de nuevo a Sotres, aunque de vuelta nos salimos del camino y descendemos por las vegas, tratando de no molestar a nuestra amigas las vacas. La bajada tan larga también se hace dura, pero disfrutamos como niños. Ha sido un día genial!!!! Ahora ya sólo nos queda celebrar nuestro “tour” montañero con una cena espectacular.

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