Prólogo

El sábado 30 de Agosto por la noche regresamos tras 25 días de viaje por ese mágico lugar llamado Islandia. El único borrón que nos quedó es que a la vuelta nos perdieron las bicis en el aeropuerto y tuvimos que esperar hasta el viernes pasado (27 días!)hasta que nos las devolvieran. Pero por lo demás, ha sido una experiencia fascinante.
Por primera vez hemos dedicado unas vacaciones enteras a sumergirnos en un país, y creo que ha merecido realmente la pena, porque hemos tenido la oportunidad de recrearnos en cada momento, de saborear cada rincón de la isla a nuestro ritmo y sin prisa. Como bien sabéis, iba a ser nuestro primer viaje "de verdad" con las bicis. Y después de lo vivido, no será el último. El viaje en bici ha sido una experiencia muy distinta a lo que estábamos acostumbrados. Es más costoso, pero te hace valorar más a donde llegas y por eso incluso se disfruta aún más. Especialmente en Islandia, donde uno siempre está inmerso en la naturaleza, como un elemento más. Las ovejas te miran al pasar, los caballos te acompañan corriendo, los pájaros vuelan a tu lado y las focas te miran a los ojos. Islandia es un paraíso por descubrir donde la mano del hombre a penas ha dejado su huella.
Y además de la indudable belleza del país, una de las cosas que más nos han gustado del viaje ha sido el compañerismo entre los cicloturistas, que eran bastantes. Cualquiera con el que te encontrases por la carretera se paraba a charlar contigo, a comentar como era el camino, intercambiar impresiones....
Y sin más, comienza el relato de nuestra aventura al borde del círculo polar.

5 de Agosto de 2008

avion icelandair
El avión que cogimos en Londres

El viaje que habíamos estado esperando los últimos 8 meses comenzó con un desplazamiento en coche hasta Coruña. Después de bajar las bicis de los coches, y que la gente nos mirase en el aeropuerto, salimos con destino a Londres a las 3 y 5 de la tarde. En Londres fuimos a buscar nuestro equipaje y volvimos a facturar. Decidimos volar A Coruña-Londres-Keflavik porque la combinación de horarios nos salía mejor que por Barcelona, a pesar de que la segunda ruta era un poco más barata. En Londres nos toco esperar un buen rato por Heathrow adelante; así que dimos unas cuantas vueltas, curioseamos en las tiendas y luego nos sentamos a esperar. A las 9 y 10 salimos de Londres hacía Keflavik. En realidad salimos con un poco de retraso, pero poca cosa. Nos dieron de cenar una especie de ensaladilla con pollo y el mítico yogur islandés "skyr.is". Ya nos sentíamos un poco más cerca de Islandia. El viaje fue muy curioso, porque cuando salimos de Londres ya estaba empezando a oscurecer y casi con la misma claridad llegamos a Keflavik tres horas después. Habíamos ido persiguiendo al sol.
Después de pasar los controles de aduana nos fuimos hasta el chiringuito de información. En el aeropuerto no nos guardaban las cajas de las bicis y tampoco las venden, así que no quisimos deshacernos de ellas. La señorita de información me enseñó un teléfono que tenía línea directa, y gratuita, con el Camping Alex. Así que levanté el teléfono aún un poco confundida, y del otro lado un buen hombre contestó que estaba dispuesto a venir a buscarnos (a nosotros y a las bicis) por 900 kns. A los 5 minutos apareció la furgoneta con remolque así que... problema solucionado. En el camping nos guardarían las cajas con la condición de dormir allí esa noche y la última.
Una vez en el camping abrimos las cajas y montamos las bicis rápidamente (solo poner las ruedas) y sacamos la tienda. Montamos y después de comer un poco de salchichón (somos gente previsora y nos llevamos un montón de embutido envasado al vacío), nos fuimos a dormir. Serían las 3 de la mañana. Pronto iba a amanecer, aunque casi no se había terminado de oscurecer.

6 de Agosto de 2008. Keflavik-Krysuvik

Blue Lagoon
Dejando atrás la Blue Lagoon

Nos levantamos temprano. Desayunamos y concluimos el montaje de las bicicletas. Después nos ponemos a organizar todo el equipo. Lo que venía dentro de las cajas de las bicis ahora hay que meterlo en un par de alforjas, así que nos lleva un buen rato. Cuando por fin vamos a salir, descubrimos que mi rueda delantera está pinchada, así que tenemos que ponernos a cambiar la cámara.

Cuando por fin estamos listos de nuevo, empieza a llover. Por suerte sólo es una nube. Salimos desde el camping hacia Keflavik (el camping está un poco apartado) y en un taller hinchamos las ruedas. El pueblo nos parece pequeño, luego íbamos a descubrir que es toda una metrópolis comparada con el resto de pueblos/ciudades de la isla. Compramos pan y galletas en el super y nos ponemos en camino. Los primeros kms del día son por la carretera que une Keflavik con Reykjavik, así que hay mucho tráfico y además la carretera está en obras, por lo que no se hace agradable ciclar con tanto coche, estrechamientos y demás, pero sólo fueron 7 kms. Después cogimos un cruce hacia Grindavik, en la costa sur de la península de Reykjanes. El paisaje en esta zona es muy volcánico; un campo de lava cubierto de musgo que se extiende a ambos lados de la carretera.

Casi desde la salida en Keflavik se podían ver las nubes de vapor de la Blue Lagoon, un complejo termal turítico en el cual los bañistas retozan en los residuos de una central geotérmica.

pista del sur de islandia
Las pistas del sur

Al llegar a Grindavik la ruta se desvía hacia el este recorriendo la costa. El asfalto se acaba a unos 5 kms de Grindavik, después de pasar el típico muro islandés. Esto es una subida de máximo 5 kms (lo normal son 2) con un porcentaje siempre superior al 10%. Esta pista está en muy malas condiciones, pero es el lugar ideal probar la resistencia del equipo que te has llevado. Lo peor de las pistas en Islandia es que la superficie es muy rizada, así que es muy difícil coger el ritmo y pedalear con soltura. Tan pronto como acabó la pista acampamos cerca de una iglesia. Era un lugar bucólico total, con las ovejillas pastando, las verdes praderas, el río de agua cristalina, la iglesia de madera... Cenamos y nos fuimos a dormir. En julio habíamos sido un poco vagos así que no estábamos en nuestro mejor momento de forma y la pista nos había hecho un poco de daño.

7 de Agosto de 2008. Krysuvik - Hveragerdi

zona geotermal
Zona geotermal en Keifarvatn

Nos levantamos temprano, como siempre. Damos una vuelta por el sitio ya que el día anterior estábamos un poco cansados así que no lo habíamos disfrutado. Después de desayunar recogemos el campamento y nos ponemos en marcha en dirección al lago Keifarvatn. Un poco antes de dicho lago hay una zona geotermal, así que aunque tenemos que desviarnos, merece la pena. Las zonas geotermales se ven a gran distancia ya que la tierra suele ser naranja y blanquecina, y contrasta con los verdes o tonos oscuros del paisaje volcánico. Es peligroso caminar por fuera de los senderos hechos de tablas, así que se debe seguir el recorrido indicado. Es un lugar bastante peculiar, con barro hirviendo, fumarolas, vapores... Notas la tierra viva. Se oyen ruidos extraños y huele como el mismo infierno.

sur de Islandia
Las interminables rectas del sur

Después de dar una paseillo por la zona nos subimos de nuevo a las bicis con la intención de deshacer lo andado y luego continuar en dirección a Standarkirkja. Justo cuando nos subimos empieza a llover; cuatro gotas que nos acompañan casi todo el día.
Volvemos a rodar casi todo el día por una pista como la del día anterior.
Llegamos a Standarkirkja (que venía marcado con un punto grande en el mapa) y resulta ser un pueblecito formado por una caseta-bar, una casa y una granja. De hecho los baños del camping son los de la casa!
Nos cocinamos unos espaguetis para comer y descansamos un rato tomando el sol, que se asoma por un momento. Después de comer aún nos toca pista por un rato más. Cuando al fin llegamos a la carretera estamos a unos 12 kms de Hveragerdi, así que continuamos hasta allí.
Aquí empezamos a descubrir el "camping a la islandesa": hay pocas duchas, por lo general una o dos para cada sexo y pagas cuando hay alguien dispuesto a cobrar, ya que la recepción casi siempre está cerrada asi que tú llegas, acampas y al día siguiente ya pagas. Aquí tuvimos nuestro primer contacto con eso que hemos venido llamando "el buen rollo cicloturista" y ya estuvimos intercambiando impresiones con un suizo que llevaba un par de semanas por allí.
Después de cenar, a la cama. Segunda jornada de pista que de nuevo nos había cansado.

8 de Agosto de 2008. Hveragerdi - Hella

Selfoss
Selfoss

Nos levantamos temprano y vamos hasta el super. Allí los horarios de los supers son muy raros, y casi tienen uno distinto para cada día de la semana. Al llegar está cerrado, pero después de un rato descifrando (el horario con los días en islandés) y con la ayuda de unos holandeses con guía nos enteramos de que abrirán en 15 minutos, así que esperamos. Como Hveragerdi es un pueblo decente, el super es bastante grande. Es un Bonus, y estos tienen la particularidad de tener salas refrigeradas en lugar de neveras para los productos como yogures o carne. Así que entras tan tranquilo y de pronto pasas a una sala que está congelada, así que a comprar rapidito!
Desayunamos como reyes, con tostadas, mantequilla, zumo, yogur.... un poco de todo. Después recogemos en chiringuito, y como no hay nadie en recepción esperamos un rato, y como no aparece nadie nos vamos sin pagar. Hay que decir que en los campings de Islandia la mayor parte del tiempo no hay nadie en la recepción, así que tú legas, acampas y luego ya vienen a buscarte para que pagues o pasas tu por la recepción cuando veas que está abierta.
Salimos dirección a Selfoss, la última población grande que veremos en mucho tiempo. Allí probamos los pylsun (perritos calientes) y nos aficionamos. Luego los íbamos comiendo en casi todas las gasolineras

Río Ytri-Rangá, Hella
Río Ytri-Rangá, Hella

El camino hasta Hella es bastante bueno. De nuevo las rectas son tan largas (y cuando digo largas me refiero a 6-8 kms; la más larga creo que tiene 14!) que a veces parece que estamos haciendo bici estática, pero al menos no sopla mucho el viento y no hay grandes subidas. Al final del día nos pilla la lluvia así que rodamos rápidos hasta Hella.

Hella es un pueblo cruzado por un río muy bonito, en el que había unos pescadores, que no se que peces sacarían pero eran del tamaño de una pierna.
Como llueve y hace bastante frío, nos cogemos una cabañita en el camping. Nos instalamos, nos cambiamos de ropa y nos vamos a la piscina. En muchos de los pueblos de Islandia, aunque sean pequeños, tienen unas instalaciones deportivas estupendas y la piscina no falta en casi ninguno. Suele haber una piscina grande templadilla y luego varias pequeñas tipo jacuzzi a diferentes temperaturas (38º, 40º, 42º) con burbujas o chorros.... Así que por 200 ó 300 coronas sales como nuevo (1 euro=120 kns).

9 de Agosto de 2008. Hella-Skogafoss

el volcán Hekla
El volcán Hekla

El día amanece claro, muy despejado y con sol desde muy temprano. Lo primero que hago al despertarme es salir de la cabaña a ver como están las bicis y en que dirección sopla el viento. Las bicis bien, el viento bien también, solo que nos va a dar todo el día en la cara. Copioso desayuno, montaje de las alforjas en la bici, estiramos y estamos listos para salir. Tal y como me había parecido, el viento nos daba en la cara .Para los no iniciados en esto de la bici, deciros que el viento en contra es el peor enemigo para un ciclista. No solo te desgasta mucho físicamente sino que mentalmente te destroza. No avanzas, ese día por la tarde llegamos a bajar pedaleando a solo 8 Km. /h. sin viento de cara aquella etapa seria una etapa sin dificultad, con ese viento fue una de las mas duras sin duda de todo el viaje.
Ya de salida le digo a Raquel que se pegue a mi rueda y no la suelte en todo el día, para le, en lo posible, el viento. A los pocos kms tenemos la suerte de ver el volcán Hekla . Digo suerte porque lo mas normal es que su cumbre este tapada por una espesa capa de nubes.

Caballos islandeses
Caballos islandeses

En toda Islandia hay muchísimos caballos pero en esta zona en particular es donde mas hay. Viven en semi-libertad y una de vez al año los conducen a las granjas donde los potros son marcados y a los adultos se les cortan las crines. En Galicia hacemos lo mismo exactamente aquí se llama “a rapa das bestas” (venid a verlo es súper espectacular y ancestral). También en esta zona del centro de las costa sur hay un pequeño e inquietante peligro para moteros y ciclistas. El temido gaviotin islandés. Un kamikaze de la naturaleza en toda regla que no duda en lanzarse contra aquel que ose atravesar su territorio. La mayoría solo hace un vuelo rasante sobre tu cabeza o te acompaña durante 500 m (su territorio) volando a tu altura y soltando unos graznidos alarmantes; pero otros, se ponen detrás y hacen esos ruidos y cuando menos te lo esperas se lanzan en picado a por lo que pillen. Hay muchos muertos en las cunetas. Es un pájaro no muy grande , blanco y gris, con las alas falconadas y con una agilidad en vuelo impresionante… y letal

Ya para la hora de comer llegamos a una gasolinera en mitad de la nada, pero que tiene pizzas a buen precio y con buena pinta. Aquí la pizzas van por pulgadas, la nuestra es de 12. La mediana de toda la vida. Miramos las fotos del periódico donde se habla de las olimpiadas que nos vamos a perder y que intentaremos seguir de todas las formas posibles desde sitios dejados de la mano de dios.

Sandur
Sandur

Los islandeses vienen y van por el local pero una señora permanece sentada delante de una maquina de bingo virtual. En las gasolineras de Islandia hay de todo. Todo lo que tu coche pueda necesitar y todo lo que tú puedas comer.
Cuando salimos de la gasolinera hay un grupo de turistas mirando detenidamente nuestras bicis e incluso sacándoles fotos , esto pasara mas veces.
El viento sigue castigando la moral ,pero por otra parte desde hace un par de horas se ve a lo lejos un enorme glaciar con varias lenguas que descienden por la montaña. Según nos vamos acercando a él el viento comienza a enfriarse .Da igual todo, seguimos avanzando. La carretera ya no atraviesa campos verdes sino que discurre en un mar negro de piedras arena y barro. El Sandur. Una palabra islandesa con la que llaman a los millones de metros cúbicos de material erosivo que los glaciares dejan en su camino hacia el mar. Es peligroso adentrarse en el porque hay muchas zonas de arenas movedizas capaces de tragarse un coche en segundos

Seljalandfoss
Seljalandfoss

A lo lejos se deja ver Seljalandasfoss. Una cascada de 40 metros . se puede pasar por detrás, eso si, te mojas. Hay muchísima agua vaporizada por todos lados .Esa humedad hace que todas las rocas estén recubiertas de un musgo verdísimo .Comemos algo y seguimos viaje.

Ahora es cuando el viento pega más fuerte. Es muy fuerte, avanzamos muy despacio y tardamos en hacer 20 km unas dos horas. En esas dos horas hubo algún mal momento, todo sea dicho .Pero tras descansar un poco se guiamos pedaleando. El paisaje de esta zona era espectacular. A la izquierda el glaciar, muchísimas pequeñas cascadas cayendo de el a unas verdísimas praderas, y a la derecha el mar.

Después de comer algo y hablar con una chica inglesa que hacia el camino en dirección contraria llegamos a Skogafoss, el final del día por fin. Skogafoss es otra cascada , mucho mas caudalosa que la anterior y de 60 metros de altura. El camping esta situado al pie de la misma. Tiene unas vistas increíbles a la cascada y al glaciar. Montamos la tienda, una ducha merecida con agua calentita y que huele que apesta. Esa noche cenamos con una pareja de mejicanos que vivían en Madrid y se estaban haciendo la Ring Road con un 4x4. Atención:1000 eurazos por diez días les valía el coche. Por la noche hacia frío pero dentro del saco y con el gorro de lana se estaba muy a gustito.

10 de Agosto de 2008. Skogafoss - Vik

cascadas, islandia,bicicleta
Skogafoss,sur de Islandia

Nos levantamos temprano pero aún así somos de los últimos. No quedan casi tiendas alrededor y los primeros autobuses comienzan a llegar. Desayunamos y nos acercamos hasta la cascada, ya que el día anterior nos habíamos conformado con verla desde lejos. Nos empapamos con el agua intentando hacer un par de fotos y nos vamos. Parece que hoy el viento no será tan fuerte como ayer, así que un poco más animados seguimos el viaje. Un día tranquilo por las largas rectas del sur.

Sólo tenemos que rodar por pista los 12 kms de desvío al Dyrhóley. El Dyrhóley es un espectacular arco de piedra en un acantilado. El agujero es tan grande que caben barcos por dentro de él y lo vamos viendo casi desde que salimos

Pero lo realmente interesante, y por lo que realmente merece la pena desviarse, es por que es una reserva de aves. En esos acantilados viven muchííííísimas especies, incluidos los frailecillos. Llevamos ya unos cuantos días en Islandia y aún no hemos visto ninguno, así que prismáticos en mano, para allá nos vamos. Además es el punto más al sur de toda la isla.
La pista es bastante mala, al típico estilo islandés y hay bastante tráfico. De nuevo la gente nos mira y nos saca fotos. El camino es muy bonito, con unas rocas como laminadas que hasta eso momento no habíamos visto.

 

 

Dyrholey
Playa de Dyrholey con los trolls al fondo

Hay un faro, pero pasamos de él y su espeluznante cuesta y nos vamos directamente a los acantilados. La vista es preciosa: el acantilado, las montañas al fondo, la playa de arena negra y al fondo se ven las tres rocas de la playa de Vik. Cuenta la leyenda que esas tres rocas son tres trolls que se solidificaron. Ellos corrían escapando de una erupción volcánica, pero por lo que se ve, no corrieron lo suficiente.

Nos sacamos unos pinchos, los prismáticos y estamos como dos horas mirando los pájaros. Y eso que no siquiera nos gustan los pájaros! Pero el espectáculo de la naturaleza es el mejor de todos, y allí siempre ocurre algo: unos patos que van, un frailecillo que sale del nido, el gaviotín que planea... Una maravilla. Después de un rato vamos a dar un paseito y descubrimos otro sitio desde el que aún se ven mejor los frailecillos, así que nos quedamos otro rato más. No hay casi fotos porque estábamos tan enfrascados con los prismáticos que dejamos la cámara aun lado.

De pronto todo se empieza a cubrir de nubes así que volvemos a las bicis. La lluvia empieza cuando aún no hemos salido de la pista y aún nos quedan nos cuanto kms hasta Vik. Apretamos el paso, o la pedalada, hasta el pueblo. Justo antes hay una subida mortal, y como aún encima te pilla al final del día te rompe. La cadera me da un aviso de dolor así que me bajo y empujo la bici, pero es incluso peor. No me volví a bajar en ninguna cuesta de toda Islandia. Al fin llego a donde está Miguel y una vez coronado el puerto ya no nos queda más que una bajada vertiginosa que nos lleva directos al pueblo.

Puerto antes de Vik
Puerto antes de Vik

De nuevo, mojados y con frío, tratamos de buscar alojamiento. Acabamos durmiendo en unas cabañas del camping regentado por el tío más rarrro rrraro rrrrraro de toda Islandia.
Hay que decir que en Islandia puedes pagar todo, absolutamente TODO con tarjeta, y en cualquier sitio. Pues este fue el único camping de todo Islandia donde no nos dejaron pagar con tarjeta. Como no llevabamos más que algo suelto nos vamos al único cajero del pueblo y resulta que no funciona. Sale una señora del banco, lo reinicia y tal pero no va. Ya nos estamos poniendo malos, que nos vemos en la calle después de haber encontrado un hogar calentito! Volvemos al camping, le explicamos al tio el tema y tal. Él parece que no se lo cree así que quiere acompañarnos y cuando por fin llegamos, funciona. Le pagamos y nos alegraos de no tener que volver a ver más a semejante personaje. Después de la ducha vamos a la gasolinera a comprar algo de comer y nos acercamos a la playa de Vik, la de los trolls, que es muuuy bonita, con su arena negra que contrasta con las montañas verdes. Como casi siempre, estamos completamente solos. El atardecer es precioso así que lo disfrutamos y después nos vamos a cenar.

11 de Agosto de 2008. Vik - Skaftafell

Camping de Skaftafell
Camping de Skaftafell

Nos levantamos y sin prisas nos dirigimos a la gasolinera. Por primera vez vamos a coger en bus. Sabemos que no suele haber problemas para meter las bicis, pero aún así preferimos llegar con tiempo de sobra para poder ser de los primeros y así meterlas con más facilidad. El bus va medio vacío así que tenemos espacio de sobra en el maletero y el conductor es un vejete muy amable que nos ayuda a sujetarlas con unos pulpillos sin tener que desmontarlas ni nada. En los buses fue donde más pasta nos dejamos de todo el viaje. Este trayecto es de aproximadamente dos horas y pagamos los 2 (con suplemento de bicis incluído) 8.000 kns.
El viaje se nos pasa bastante rápido. Es todo un cambio de perspectiva, así que disfrutamos de otra forma. Ahora el paisaje cambia más deprisa, las montañas se acercan rápidas y pronto intuimos la figura del Parque Natural de Skaftafell y sus infinitos glaciares. En una parada Pierre baja a estirar las piernas. Había un chico que se subía al bus con su bici y era despedido por otro, un catalán llamado Miguel al que conoceríamos al día siguiente. El que se subió a nuestro bus fue Andy, y esa escena, curiosamente, se iba a repetir en el futuro.

Dejamos la Ring Road para entrar directos hasta el corazón del Parque. Nos bajamos del bus y nos ponemos a colocar todo el petate en las bolsas. El chico que se había subido tenía unas alforjas como las nuestras. Se acerca y se nos pone a hablar. No entendemos ni palabra y normal, porque nos estaba hablando en alemán!!!! Al ver nuestras alforjas (compradas en una tienda alemana a través de internet) se creyó que éramos alemanes!
Una vez solucionado el malentendido nos fuimos charlando hacia el camping. Pusimos nuestras tiendas juntas y así empezó una hermosa amistad.

Svartifoss
Svartifoss

Skaftafell es uno de los grandes centros turísticos de Islandia. Hay un centro de visitantes con su cafetería y todo, una mini tienda, información sobre rutas, actividades del tipo escalada en hielo, un camping enorme, lavadora... Todo lo que uno puede necesitar, o casi. El principal atractivo del lugar es que hay muchísimas rutas adaptadas a distintos niveles, así que hay gente de todas condiciones.
Después de acampar comemos algo y nos acercamos al centro de visitantes a por unos mapas. Ya que solo tenemos medio día nos decidimos por hacer una ruta corta que nos lleve hasta la cascada de Svartifoss. Esta cascada destaca no por su cantidad de agua ni por su altura, sino porque está rodeada de columnas basálticas hexagonales que forman como un anfiteatro. En estas formaciones se inspiraron para construir la iglesia Hallgrimskirkja, de Reykjavik. Es paseito muy chulo, pero no estamos acostumbrados a ver tanta gente!

Nos volvemos a la tienda y descubrimos que no nos queda casi gas y vamos a estar aquí dos días. En la tienda bombonas no tienen así que Miguel se coge la bici y va a una gasolinera cercana. Que comer caliente es fundamental!

Sigur, la mascota del viaje
Sigur, la mascota del viaje

Aquí entra en nuestras vidas Sigur, la mascota del viaje. Un frailecillo de lo más mono...
Por la noche cenamos con Andy y unos chicos holandeses muy majos que ya están acabando su viaje. Nos quedamos hasta tarde de sobremesa hablando de los temas más sorprendentes, como artes marciales o el proceso de descolonización en el mundo. Cuando el frío nos deja tiesos nos vamos a dormir. Aquí sí que ya se nota el viento de los glaciares, y aunque tuvimos un día de sol estupendo, cuando cae la noche te congelas.

12 de Agosto de 2008. Skaftafell

sendero skaftafell
Sendero que parte del camping

El día amanece despejadísimo. La luz me despierta muy pronto. Nos levantamos al tiempo que Andy. Desayunamos al sol de la mañana tranquilamente rodeados de un paisaje que cada segundo que pasábamos allí nos gustaba más. Estuvimos un ratito de charla. El se iba a hacer una ruta muy larga, unas 9 horas. Combinaría la bici y el trekking. El alemán es un tío duro. Tiene mil historias que contar y estuvo en otros mil sitios, escalador, ciclista, mochilero, marino, ingeniero… un tipo singular y muy agradable.
Nosotros hemos decidido aprovechar el día en una ruta un poco mas corta y toda a pie .Pero antes, aprovechando las instalaciones del camping vamos a hacer la colada .Maldita colada. La lavadora perfecta pero la secadora… eso fue un suplicio .No recuerdo las veces que tuvimos que meter moneda para secar nuestra ropa y finalmente decidimos ponerla a secar al sol pues estaba medio húmeda. Nosotros no lo sabíamos pero estábamos en plena ola de calor. Las temperaturas más altas de los últimos 50 años.
Habíamos perdido toda la mañana en la puta secadora. Eso nos forzó a cambiar la ruta que habíamos diseñado por otra mucho mas corta, pero que en esencia nos enseñaría lo mismo. Desde el mismo camping un pequeño sendero se adentra en el parque natural. En un principio el camino esta discurre por un bosque tupidísimo que no te deja ver nada de lo que posteriormente te vas a encontrar.

 

Skaftafellsjokull
El glaciar Skaftafellsjokull

En esta zona se refugian muchas aves del terrible viento así como pequeñas flores silvestres de un color violeta muy intenso. El calor en esta zona, protegida del viento es bastante agobiante debido a la humedad del ambiente. A mitad de subida me paro a ver como viene Raquel y me sorprende ver la inmensidad del Sandur que va desde nuestros pies hasta la costa a unos 15 kilómetros de distancia. Es como un mar negro antes del otro mar, el azul.

El bosque se va abriendo por momentos y el viento helado nos hace apresurar el paso, el glaciar esta cerca. En uno de las pocos claros por fin lo vemos. Yo no se que me pasa con los glaciares pero cada vez que veo uno me siento inmediatamente me enciendo un pitillo y me quedo callado un buen rato apreciando todas esas grietas, los tonos azulados, los negros…

Seguimos adelante con el paso un poco mas vivo. Cada vez un poco más rápido. Llegamos a la zona más abierta y todo el glaciar se deja ver por fin. Encajonado entre dos crestas cae con poca pendiente desde el gran glaciar. Esto que vemos es solo la puntita del mar de hielo que se esconde tras las montañas. Nos volvemos a sentar a mirar abrumados una vez mas.

Comemos algo y nos disponemos a cruzar la cresta hacia el otro lado para ver otro glaciar que baja por allí. Desde la parte alta de la colina se puede intuir todo lo que hay detrás de las montañas. También se ven acercarse unas nubes desde el mar. Tememos por nuestra ropa que se quedo secándose al sol y decidimos bajar al camping . El camino nos acerca lo suficiente a la otra lengua como para hacernos una idea de lo que hay. Bajamos al camping de nuevo. Son las siete más o menos .Al menos toda la ropa esta seca.

Kristinartindar
La motaña Kristinartindar

Al llegar al camping conocimos a Miguel un catalán que había estado rodando 10 días con Andy por Laumanalagar y a Jose y Marta, dos vascos. Ya estamos todos. Nos vamos a la ducha y a comer algo. En la mayoría de los campings en Islandia hay que pagar por la ducha y limpiarla al terminar. En un principio lo de limpiarla te suena a coña pero cuando ves lo limpia que esta cuando llegas no puedes hacer otra cosa que dejarla como la encontraste. Al salir de la ducha llega Andy y nos cuenta su día. Se ha pegado una buena caminata. Cenamos de nuevo con los chicos holandeses y con Andy y la sobremesa volvió a ser muy larga. Al final hacia ya mucho frío. Chándal, dos sudaderas, camiseta de manga larga, gorro de lana, braga y capucha. Con todo eso me metí en el saco. En esa zona hace mucho frío por las noches, sobre todo cuando el viento baja de las montañas. Es helado. Te corta la piel. Al final un buen día. Después de dos días de “descanso” al día siguiente nos volveríamos a montar en la bici. Prometía ser un día magnifico. Recuerdo que esa noche me dormí con Sigur Ross.

13 de Agosto de 2008. Skaftafell-Gerdi

Salida de Skaftafell
Salida de Skaftafell

El día amanece como otro cualquiera, despejado y fresco. Salimos de la tienda y Andy ya esta preparándose el desayuno. Hoy vamos a hacer el mismo recorrido. Tenemos ciertas dudas acerca de si se puede o no acampar en las inmediaciones del Jokulsarlon. Habíamos visto fotos de gente que paso allí la noche escuchando el glaciar resquebrajándose . La duda apareció porque en la Lonely Planet de Marta ponía que no estaba permitido porque es un espacio protegido. Al final decidimos que no decidiríamos nada hasta estar allí. Una vez visto el sitio ya se vería que se hacia. De todas formas unos 20 kms más adelante había un camping. Marta, Jose y Miguel iban a hacer el trekking de la cascada y a luego se ponían en marcha.
Salimos los primeros del camping de Skaftafell, con viento de cara como siempre. A menos de 4 kms del camping había una gasolinera en la que paramos a por unos perritos, como no. El día estaba muy soleado. A cada recodo de la montaña el glaciar dejaba caer alguna que otra lengua.

A media mañana decidimos parar en una escuela que esta al borde de la carretera. Nos tiramos en el césped del campo de fútbol a tomar el sol y comer algo. El sol da con fuerza. Estamos allí un buen rato disfrutando del lugar. Llenamos los bidones de agua fresca y seguimos por una carretera recta que parece que no se va a terminar. En la parte central de la etapa se suben un par de repechos que al menos rompen el paisaje y te hacen cambiar un poco de postura encima de la bici. Eso si los paisajes siguen siendo increíbles.

La Ring Road discurre cercana a los glaciares
La Ring Road discurre cercana a los glaciares

Paramos a comer. El cielo ha comenzado anublarse hace unos quilometros y queremos comer por si se pone a llover y hay que dar zapatilla. Nos refugiamos tras una piedra del viento que en ese momento es helado. A mitad de bocata el viento nos vuelve a dar. Coño! A cambiado de dirección! terminamos el bocata y salimos a probar que tal es eso del viento de culo. Es genial , además las nubes se van por donde venían. Ahora rodamos bastante rápido. Amas de 30 por hora sin ningún esfuerzo. Sorprendidos por la velocidad damos una curva y ante nosotros se descubre un enorme mar de hielo que se extiende hasta donde podemos ver. La carretera se dirige hacia el y nosotos llegamos a rodar a 40 por hora . Las ganas de llegar y el viento nos están haciendo volar.

A escasos 10 metros del hileo la carretera gira para discurrir paralela a final de la lengua durante al menos6 km. Hacia frio pero eso no impidió que nos parásemos a simplemente mirar a la nada. Estuvimos bastante rato alli. Al fondo de la recta creimos ver a Andy pero eso es muy lejos aun.

Vatnajokull
Vatnajokull

Seguimos camino y pocos kilometro s de alli por encima de unos montículos de rocas se comienza a ver el enorme Jokulsarlon. Dejamos las bicis en una explanada de la que se ve salir un camino que sube por los montículos. Cogemos la cámara, unas galletas , un piltillo( hay que sentarse a fumar uno en un sitio asi) y subimos por la colinita. yo subo delante y lo que veo es increíble. Una enorme extensión de hielo baja entre dos montañas y termina en una laguna a la que han ido cayendo muchísimos pedazos de hielo que flotan en un absoluto caos. Al girarme, Raquel estaba con la boca tapada y los ojos mas abiertos que he visto nunca. No es para menos. Es un espectáculo ese sitio.

Los icebergs salen al mar por debajo de un puente. Alo lejos aparece Andy, que se ofrece a hacernos una foto. Nos fumamos ese pitillo y bajamos a la playa. Al volver a subir al montículo tenemos una buena vista del parking, en el que sorprendentemente hay tantas bicis como coches! Eso te hace sentir bien: saber que no eres el único colgado que ha pensado en recorrer Islandia en bicicleta te da un plus de confianza.

Playa de arena negra con trozos de hielo
Playa de arena negra con trozos de hielo

En la playa, aunque ya se ha ido el sol., hay un bonito contraste entre la arena negra y los icebergs que salen de la laguna. La mayoría son pequeños pedazos de hielo pero hay otros que son considerablemente grandes. Algunos de los pequeños y medianos son empujados por las olas hacia la orilla y acaban varados donde rompen las olas. Nos quedamos un buen rato jugando con el hielo y disfrutando del espectáculo. Ya nos íbamos cuando de pronto Niebla empezó a gritas: “Es una foca!!!!! Es una puta foca!!!!!. Encontrar la foca en Islandia fue como ver la marmota en Suiza: uno sabe que es posible pero intenta no hacerse demasiadas ilusiones, porque será complicado verlas. Pero el caso es que había una cosa oscura en el agua que se movía arriba y abajo y que , efectivamente, era una foca. Los pocos que había en la playa nos miraros asustados al ver que corríamos gritando. Nos acercamos y ya casi no se la veía. Pero no perdimos la esperanza y seguimos el canal hacia arriba, en dirección a la laguna. De golpe nos dimos cuenta de que había varias cabecitas que se movían al fondo. Se dejaban escurrir un poco por el canal, se acercaban y luego se iban. Al final bajaron hasta casi nuestra altura. No nos lo podíamos creer. Allí estaban las focas a unos pocos metros. Se nos quedan mirando como curiosas y empiezan a juguetear la una con la otra, haciendo un pequeño espectáculo para nosotros, que ya nos hemos quedado solos. Podríamos quedarnos allí mirando para las focas toda la vida, si no fuese porque hace un frío que pela y el día se está oscureciendo un montón. No se que tiene aquel lugar, será por el hielo, que la luz es como rara.

Jokulsarlon, la laguna glacial
Jokulsarlon, la laguna glacial

Dejamos la playa y entramos a la laguna por el frente. Si la vista desde la colina era increíble, desde aquí es casi mejor ya que tienes la laguna justo delante y la inmensidad de hielo por detrás. De nuevo nos sentamos un rato a contemplar, que es lo único que se puede hacer. Las focas nadan, los miles de pájaros nos atronan con sus graznidos y hace tanto frío que hay que irse, pero nos resistimos a dejar tan mágico lugar. Todos los ciclistas se habían ido. Le pedimos a uno de los pocos turistas que quedan por allí que nos saque la foto de grupo. Después de la foto volvemos al camino. Nos toca apretar la pedalada porque no estamos seguros de si habrá camping ni dónde estará.

Gerdi
Dispuestos a acampar en Gerdi

Ya no hay tráfico por la carretera. Al fin llegamos a un pueblo. A lo lejos distinguimos las tiendas de Andy, Miguel, Jose y Marta. No hay camping pero los de una Casa de huéspedes les han dejado acampar fuera. Volvemos estar todos reunidos en el césped más verde que os podáis imaginar.
Estamos como en una especie de laguna formada por el mar. Los caballos pastaban en la verde hierba y a lo lejos se veía un faro. Hacia el otro lado, el paisaje lo completan unas tremendas montañas con sus cumbres nevadas.
Montamos nuestra tienda y cenamos todos juntos. De pronto aparece en el horizonte la luna más gigantesca y roja que habíamos visto en nuestra vida. Solo se levantó un poquito y se desplazó a la derecha. Es curioso el movimiento de los astros por aquellas tierras. Todos sacamos fotos intentando atrapar lo inatrapable. Un momento mágico de esos que no se olvidan.

14 de Agosto de 2008. Gerdi - Hofn

Cuidado, renos!
Cuidado, renos!

Nos levantamos no muy temprano aún medio aturdidos y con resaca de todo lo visto el día anterior. Andy, Jose y Marta ya están casi preparados. Ellos serán los primeros en irse ya que quieren llegar hasta Hofn y seguir un poco más, ya en los fiordos orientales. Nosotros sólo tenemos pensado llegar hasta Hofn y como hay unos 50 kms pues no tenemos mucha prisa. Una vez allí cogeremos un bus que nos haga saltarnos esa parte en la que se acumulan muchos kms en un espacio pequeño.
Desayunamos y nos quedamos un rato de charla con Miguel. Ha tenido problemas con su freno de disco así que volverá al Jokulsarlon y allí cogerá un bus dirección a Reykjavik para poder repararla y luego continuar el viaje.
El camino de hoy es sencillo. El paisaje vuelve a estar formado por montañas verdosas y vamos dejando atrás los glaciares. Vemos muchos caballos y cisnes, que nunca habíamos visto en libertad, y como hace buen día y hay poca prisa nos recreamos en cada esquina. Pasamos una zona con unas lagunillas muy chulas. Queremos pararnos a comer por allí pero los mosquitos nos rodean, así que paramos un poco más adelante y hasta nos echamos una siestecilla al sol.

Una lengua del Vatnajokull vista desde el fiordo de Hofn
Una lengua del Vatnajokull vista desde el fiordo de Hofn

El viento nos da de culo todo el día hasta los últimos kms, así que se hace muy llevadero. Nuestro mayor quebradero de cabeza es que aún no nos hemos comido un perrito caliente en todo el día! Al fin, como a unos 8 kms de Hofn aparece una gasolinera así que allá vamos. Dentro hay una tele ¡Milagro! Yo no se que pasa en este país que no hay tele en ningún lado. Están con las Olimpiadas, pero es lucha greco-romana así que… nuestro gozo en un pozo. Nos cogemos los perritos y nos los vamos a comer al sol.
Ya más contentos y con el estómago calentito seguimos el camino. Hofn es un pueblito bastante grande. El camping está justo a la entrada y tiene hasta Internet, así que después de acampar y la ducha, aprovechamos para contactar con el mundo.
La recepcionista es una chica muy maja y que habla un poco de español. Nos da un mapita así que ya tenemos controlado el súper, la oficina de turismo, la gasolinera, la piscina… Vamos al súper pero ya está cerrado. Mientras paseamos por allí nos damos cuenta de que está lleno de españoles. Como no hay mucho que hacer nos volvemos al camping.
Justo enfrente hay una pequeña colinita que te permite ver como una especie de bahía, todo el recorrido que hemos hecho en los dos últimos días. Allí cenamos tan tranquilos, pero poco dura la paz, ya que de allí a un poco empiezan a llegar furgonetas cargadas de franceses adolescentes que le quitan todo el encanto al lugar. Los muy vándalos se ponen a jugar al fútbol entre las tiendas hasta que un alemán descomunal les va a llamar la atención. Cenan y después venga a hacer ruido. Todo el mundo ya se ha ido a la cama y ellos siguen. Así como a la una, el descomunal alemán se levanta. No se que les dijo pero no se volvió a oír piar en toda la noche.

15 de Agosto de 2008. Hofn-Egilsstadir

fiordos orientales, islandia
Fiordos orientales

Nos levantamos y lo primero que hacemos es coger las bicis para ir al super. Compramos algunas provisiones para los próximos días y cosas ricas para el desayuno. Volvemos al camping y desayunamos, nos ponemos los trajes de baño y a disfrutar de la piscina del pueblo. Hoy será un día de transición. Nuestro objetivo para el día de hoy era coger un bus que fuese al Lago Myvatn pero bajarnos un poco antes, en un pueblecito llamado Gristunda. Pero el caso es que el bus directo al lago ya no existía, así que deberíamos coger uno a Egilsstadir, pasar la noche allí; y a la mañana siguiente coger otro que ya nos llevase a nuestro objetivo.
Así que estuvimos toda la mañana en remojo es una de esas super piscinas acompañadas de jacuzzis. Apenas había gente así que estábamos como en casa. Después de unas cuantas horas a remojo nos decidimos a salir para ir a comer. Pierre salió antes y me esperaba en una piedra. Quiso hacer migas con unas niñas chiquitinas super-rubitas que estaban allí fuera y menuda sorpresa se llevó cuando le contestaron en un perfecto castellano. Resulta que la madre era española y el padres islandés!
Aquí también vimos a otra de esas niñas tan majas en su bicicleta rosa vestida con la equitación completa del Barça (de Gudjonsen, por supuesto).
Nos tambaleamos hasta el camping, ya que estábamos tan relajados que costaba dar pedal. Comimos y después recogimos el campamento. La parada del bus estaba justo enfrente del camping. Allá nos fuimos con todo el petate y cual fue nuestra sorpresa al encontrar a un montón de españoles cicloturistas! Fue un poco lío meter tanta bici en el maletero, pero entre todos nos organizamos. Después aquello parecía cualquier cosa menos Islandia, porque en el bus el único islandés creo que era el conductor.

Nos metemos hacia los fiordos orientales. El paisaje comienza a cambiar. Las típicas montañas verdes ahora se meten en el mar. Es bastante bonito, pero los fiordos son muy profundos así que recorrer cada uno de ellos nos habría llevado un día!
Llegamos a un pueblecito y vamos a bajarnos para estirar un poco las piernas cuando oímos “Señorito”. Es Andy, que después de haber pasado un día por los fiordos había decidido coger el bus a Egilsstadir.
Lo bueno que tiene la Ring Road es que como todo el mundo sigue más o menos el mismo camino, te vas encontrando a la gente en todas las esquinas.
Andy nos cuenta que los vascos seguirán por los fiordos, pero no perdemos la esperanza de volver a verlos. Egilstadir es uno de los lugares más importantes de este de Islandia, pero como sólo estuvimos esa noche, pues no vimos nada. Llegamos a allí a las 9 así que montamos la tienda y cenamos con Andy, el noruego de 2 metros que se alimentaba de muesli y leche (cuando tenía) y una pareja de catalanes. Después de la ya clásica sobremesa, nos vamos a la cama.

16 de Agosto Egilstadir - Gristunda

islandia en bicicleta
Camping

Por primera vez en el viaje no madrugamos. El bus sale a las 11, creo recordar. Así que nos levantamos, desayunamos como campeones, recogemos el tinglado y nos sentamos a esperar el autobús. Andy ha decidido quedarse para solucionar cuestiones técnicas, así que nos despedimos de él y nos unimos al escuadrón español.

Después de jugar de nuevo al Tetris para meter todas las bicis, partimos todos hacia Gristunda. Es curioso, porque Gristunda es uno de los pueblos más famosos entre los cicloturistas ya que es de paso obligatoria para ir a la cascada de Dettifoss; pero la verdad, es que es de esos pueblos de dos cosas y con un poco de verde donde se planta la tienda.
Después de un rato en el bus, el buen señor conductor nos para en medio de la nada. Nos dice que es nuestra parada, pero nos cuesta creerlo. Allí no se ve ni una casa y estamos en medio de un desierto de piedra. Por un momento no puedo evitar pensar que el tipo se está vengando de los españolitos que le han hecho meter las 6 bicis, pero no. Efectivamente, esa era nuestra parada. Nos bajamos del bus y sopla un viento que no es normal ni siquiera para Islandia. Nos da la risa por no llorar.

cascadas islandia
Dettifoss,norte de Islandia

Mientras estamos montando el petate en las bicis aparecen otros tres ciclistas: una pareja de gallegos y un francés al que se han encontrado por el camino. Todos juntos cogemos el desvío hacia la cascada.
Al fin aparece como una visión el pueblo. Hay una caseta de esas con retrete y grifo, así que acampamos intentando resguardarnos lo más posible del viento. El plan es acampar e ir con las bicis sin alforjas hasta la cascada y volver para dormir. Los gallegos no acampan ya que ellos no harán ida y vuelta. Txell y Kiku tampoco, pero dejan allí sus cosas para cogerlas a la vuelta. Los valencianos si que dormirán con nosotros. Antes de nada, Pierre y yo decidimos comer algo, así que somos los últimos en salir, como siempre.
Hay 28 kms hasta la cascada y la pista es un infierno. Al tener bastante tráfico (para lo que es Islandia) la superficie está muy hecha polvo. Además hace un viento del demonio. A la ida lo llevamos a favor, pero como la pista está tan mal, no hay quien coja el ritmo. A un lado del camino vemos las bicis de Txell y Kiku así que nos imaginamos que han hecho autostop. En ese momento nos paramos a replantearnos la situación. Si estos dos que son unas máquinas de la bicis (que se hacían tiradas de 140 kms casi todos los días) y se han parado… a donde vamos nosotros!!!! Que si la ida era dura, la vuelta iba a ser peor. Cuando lo estábamos pensando aparecen los valencianos, que se dan la vuelta. Visto lo visto, todos volvemos al pueblo. El camino de vuelta es un horror. El viento es terrible y aún encima se levanta muchísimo polvo cada vez que pasa un coche. Llegó un momento en que nos asustamos, ya que Pierre iba a unos poco metros por delante de mi y dejé de verlo. Así que pensé: si yo no veo a Pierre y se que está ahí, a mi los coches tampoco me ven. Así que salté a la cuneta y esperé. Cinco metros por delante esta él, que se había vuelto a mirar y tampoco me veía. Que mal rollo! Menos mal que no habíamos hecho ni 10 kms.
Una vez de vuelta al camping, decidimos ir a ver si alguno de los lugareños nos quería llevar en coche por un módico precio. Al final el precio no fue muy módico, pero no había muchas opciones y no queríamos dar el día por perdido. Al menos entre 4 se pagaba mejor!

islandia en bici,cascadas islandia
Dettifoss,de cerca

Y la verdad que mereció la pena pagar, ya que Dettifoss es una cascada impresionante. Por su altura, el caudal, el estruendo… Cuando te acercas la tierra vibra debajo de tus pies. Y además uno se acerca a ella desde arriba, al revés de las otras en las que habíamos estado. Y el cañón por el que discurre el río tras la cascada es precioso, y con la luz del atardecer las paredes tenían un tono dorado que le daba un toque especial.

Estuvimos unos 45 minutos por allí. Después volvimos con nuestro chofer al hogar. Ahora el viento no soplaba tan fuerte. Llegamos a la conclusión de que era un viento térmico, ya que por la noche paraba y por la mañana se iba haciendo más fuerte a medida que avanzaba el día.
El señor que nos había llevado era el dueño del camping, así que un rato después pasó a cobrarnos unas coronillas por pasar la noche. Hacía bastante frío y no había mucho que hacer, así que cenamos los cuatro refugiados en la caseta del grifo y al rato nos fuimos a la cama.

17 de Agosto Gristunda – Lago Myvatn

islandia en bici
Los Hilands islandeses

Nos levantamos temprano, como siempre, pero los valencianos ya están listos para salir. Apenas hace viento así que aprovechan para salir lo antes posible temiendo que las sospechas del viento térmico se vean confirmadas. Nosotros desayunamos, recogemos y nos ponemos en camino. Cuando hemos acabado el proceso el viento ya es más fuerte, así que nos resignamos a otro largo día de pedal y viento en contra. Volvemos por la pista hacia donde nos dejó el autobús. Una vez allí nos damos cuenta de que el viento no es en contra sino lateral. Pero es tan fuerte que nos hace rodar todo el rato como si fuésemos tumbando. Menos mal que apenas pasan coches, ya que cada vez que uno te adelanta es como si por un momento se parase el ventilador gigante con lo que te desplazas lateralmente, con su consecuente riesgo. En general los coches pasan dejando bastante margen, pero cuando te toca un camión… menudas eses se hacen!
Nada más salir nos damos cuenta de unas tremendas nubes de polvo que se ven. Pensamos que era el polvo de alguna pista, pero cuando nos paramos nos damos cuenta de que en realidad el polvo se levanta, se arremolina y luego se separa. Son tormentas de arena en el desierto! Menos mal que por la carretera no nos pilló ninguna

zona geotermica
Barro hirviendo

De allí a unos kilómetros vemos el desvío para el Volkan Askja. Teníamos pensado ir hasta él, pero una vez en Islandia decidimos desistir. Serían 4 días por el desierto, entrando con el viento en contra, por pista que a veces se convierten en arena, con lo que hay un tramo en el que debes empujar la bici 20 kms, además de vadear ríos y demás aventuras. Todo para llegar a un volcán en cuyo interior te puedes bañar ya que hay agua templada.
Peeeeero, en otra ocasión será. Dejamos atrás el desvío con un poco de pena pero sabiendo que estamos haciendo lo más sensato.
El día se nos pasa bastante rápido, ya que a pesar que el viento es muy fuerte, en algunos de los virajes de la carretera nos da a favor.
El paisaje desértico nos acompaña hasta justo el puerto anterior al lago. En la base de ese último puerto hay una zona geotermal más grande que la que vimos al principio del viaje. Allí paramos y comemos algo antes de meternos de lleno en el lugar. Nos encontramos a los valencianos, que ya han visto la zona así que siguen camino. Aquí hace un viento casi salvaje, resulta difícil grabar y hacer fotos sin que parezca que uno tiene parkinson. De nuevo fumarolas, olor infernal y pozas hirvientes. Estos sitios a veces dan un poco de miedo, porque el suelo parece como muy frágil, como si solo una fina capa de corteza te separase del interior de la tierra. Y lo más sobrecogedor es que es así

Hilands islandia
Paisaje interior

Cuando volvemos a por las bicis hay un remolino de gente en torno a ellas. Son unos italianos que nos adelantaron hace un rato. Charlamos un poco con ellos sobre bicis y motos y luego salimos.
Enfrente, a unos 12 kms se encuentra el volcán Krafla, pero los valencianos nos han dicho que no merece mucho la pena ir hasta allí, así que subimos el último puerto. Es uno de esos tremendos puertos de 1 km y algo, pero con rampas que quitan el hipo, pero el viento nos da a favor y vaya si se nota! Una vez en el alto tenemos una maravillosa vista del lago. Nos acercamos a un mirador y sacamos fotos. Nos fijamos en que la gente de los coches ni si quiera se baja a hacer las fotos

islandia en bici
Baños naturales en Myvtn,norte de Islandia

. Bajamos vertiginosamente la otra cara de la montaña. Pierre lo hace en unos segundos, pero a mi tanto viento me da miedo, así que voy un poco tortuguera. Me parece que bailo de un lado a otro de la carretera.
Vemos el desvío hacia unos baños, así que ya sabemos a donde tendremos que volver. Pero de momento nos vamos al camping. Hay dos en el lago, pero nosotros nos decidimos por el primero, en el que también están los valencianos, los catalanes y después aparecen los gallegos con el francés. Si es que estos es un pañuelo. Montamos la tienda y vamos al super que hay frente al camping a por unos perritos y a por provisiones. Después nos damos una ducha y decidimos ir a los baños. Mañana dedicaremos todo el día a inspeccionar la zona así que hoy podemos ir a relajarnos a las agua de los baños naturales. Además por alojarnos en el camping nos hace un descuento en el precio. Estos baños son más caros que las piscinas normales, ya que son al estilo Blue Lagoon, pero infinitamente más baratos que esta. Además, estos están menos saturados por su situación.
Y que buena idea. Ese sitio es una maravilla. Tiene unas instalaciones modernillas, una sauna y los baños propiamente dichos. Rápidamente nos enfundamos los bañadores (después de la ducha obliagatoria, como en todas) y salimos. Hay que echar una carrerita hasta el agua ya que mojado te coge el frío enseguida, pero una vez en el agua… Ya todo es relax. Es como una especie de lagunilla dividida en dos por una especie de murito, pero ambas partes están comunicadas. La temperatura varía según la zona en la que te pongas, así que primero nos damos un vuelta y luego nos sentamos a disfrutar. Después vamos a la sauna. Pierre está allí como pez en el agua, pero yo me agobio así que me vuelvo a fuera a hacer unos largos reptando, ya que no cubre demasiado.

El lugar es muy bonito, y se ve una estupenda puesta de sol. Estamos allí más de 3 horas así que cuando salimos estamos arrugados como pasas, pero relajadísimos. Tengo los dedos tan arrugados que me duelen y me cuesta hasta vestirme. Creo que esta vez nos hemos pasado! Cogemos las bicis y volvemos al camping. Menos mal que es todo hacia abajo porque no tenemos fuerzas para nada. Cenamos y después un rato de charla con los compañeros, nos vamos a dormir.
El camping está en un lugar espectacular y nosotros hemos puesto la tienda justo al lado del agua. Hay montones de patos de muchas clases que nadan y bucean. De hecho, hay unos pequeñitos que bucean como locos. Además salen del agua y se mueven entre las tiendas. Aquí los animales no tienen ningún miedo porque saben que la gente no les hace nada, pero tampoco están domesticados. Simplemente conviven con los visitantes.

La noche está muy despejada por lo que cabe esperar que mañana tengamos un buen día

18 de agosto Lago Myvatn

islandia en bici
Lago Myvatn

Hace un día estupendo cuando Niebla abre la cremallera de la tienda y una docena de patos salen volando asustados por los nuevos vecinos. El sol brilla desde hace rato y la temperatura es muy alta, para estar tan al norte, claro. Unos 15 grados a eso de las 10 de la mañana. El día de hoy será un día de relax por la orillas del lago. 45 km sin alforjas por un terreno super llano y sin viento.
El lago myvatn es el lugar de Islandia con la temperatura media más alta a lo largo del año. Esta rodeado de volcanes de cierta altura que lo protegen del viento y eso ayuda mucho. Nosotros para hacer honor a ello nos vamos de verano total.
Javi y Loli , los valencianos , se han ido muy temprano a ver el Askja en un tour organizado. Además de costar una pasta ,a su vuelta mis sospechas se confirman. Se han pasado todo el día en un coche para estar allí dos horas. Además a nosotros lo que nos hubiese gustado es llegar allí a lomos de nuestras bicis después de pasar 4 días por el desierto. Nosotros hemos decidido subir mas al norte, a Husavik, pero eso será mañana. Hoy a hacer el cabra por el lago y sus alrededores. Tiene mucho que ver .o poco según quien lo vea.
Salimos desde la zona más al norte del lago en sentido contrario a las agujas del reloj. En esta orilla norte es donde se concentra más población puesto que la ring road pasa por ella. Recorremos el pueblo y a unos 6 km se pasa a otra carretera que recorre la orilla oeste, la de mayor vida animal . suena mi móvil. Es mi madre. Me pone al día de las olimpiadas mientras un polaco del que luego oiríamos hablar se para solo para ver si nos puede ayudar en algo. Al ver que todo esta bien sigue su camino con una sonrisa en la cara. Este tío es un fiera. Se hizo la ring road en una semana. Eso son más de 200km al día. Y años antes en Australia hizo 15000 km en 12 o 13 semanas. Una mala bestia.

Semi crateres inundados
Semi crateres inundados

Bueno pues después de conocer los pormenores del medallero y el cruce de cuartos España Croacia en el torneo de baloncesto, seguimos avanzando con un sol ya de justicia. Parece mentira pero pegaba una solana…
A los pocos metros volvemos a parar. Esta vez sorprendidos por la gran cantidad de cisnes que hay en una pequeña bahía que hace el lago. Nos sacamos los prismáticos y nos quedamos un rato mirando como pescan. Seguimos hacia el sur por una carretera sin tráfico. Es un gusto, sin coches sin alforjas, con un día estupendo…. A este lado solo hay un par de granjas en los alrededores. El lago tiene una forma muy irregular lleno de suaves entrantes y salientes. Además esta plagado de islas, unas diminutas y otras mas grandes . todas ellas cubiertas de hierba . en el sur del lago esta el cruce de la carretera que te lleva a Akureyri. Comemos en una zona donde hay pocos mosquitos. Y comenzamos el lado este del lago. En este lado hay una zona de semi crateres . es una zona curiosa y los puedes recorrer por un sendero perfectamente delimitado que permite dar rienda suelta a mis ganas de pegar unos brincos por algunas piedras y escalones. Volvemos a la carretera y al poco rato volvimos a parar a comer algo en una zona tranquila en la que nos podemos sentar a la orilla del lago. Al acercarse se puede ver que el agua es absolutamente transparente y que no cubre por mas arriba del pecho. Nos entran unas ganas locas de bañarnos, le faltó un pelo pa tirarme . pero la falta de toalla me lo impidió. No olvidemos que a pesar de estar en un día de sol aquello seguía siendo Islandia, no Fuerteventura . había millones de mosquitos a nuestro alrededor. Pero no se acercan y te rodean , no , se mantienen a una distancia prudencial formando una nube un poco inquietante. Se ven algunos árboles en esta parte y eso es toda una novedad. No es que Islandia fuese el amazonas pero antes había zonas boscosas que los primeros habitantes de la isla se encargaron de quemar para no morir de frío en los largos inviernos. Ahora el gobierno intenta repoblar algunas zonas del norte.

Crater,Lago Myvant
Crater,Lago Myvant

Llegamos a la puerta que es la entrada del gran volcán negro. Una pista nos lleva hasta su base. Una corta pero empanadísima subida nos pone en la cima en apenas 5 minutos. Después de recuperar el aliento me di cuenta de lo bonito que era aquello. Se ven varias cosas desde allí arriba. Lo primero y mas lógico el gran cráter negro de un km de diámetro sin un atisbo de posibilidad de encontrar un ser vivo en el. Luego una vista del lago realmente espectacular y por ultimo las coloridas montañas de la zona geotérmica que visitamos ayer.

Bajamos y volvemos al camping completando el anillo al lago. Todo es circular en este país.
Ya duchados nos dirigimos a la gasolinera del otro lado de la carretera a comer unos perritos cundo nos encontramos a Marta que venia del super. Acababan de llegar . estábamos hablando de Andy cuando lo vemos aparecer pedaleando en chanclas. Otra vez todos juntos tomamos un aperitivo y cenamos juntos pasando un buen rato de risas a la orilla del lago .La verdad es que se les extrañaba ya a estos chicos. Nos fuimos un poco tarde a la cama

19 de Agosto. Lago Myvatn - Husavik

Desierto a la salida de Myvatn
Desierto a la salida de Myvatn

Las nubes de la última foto no auguraban nada bueno para el siguiente día. Así era. Las nubes y una fina lluvia nos despertaron. Era día de seguir viaje. Más al norte, Husavik seria el destino de hoy. Unos 65 km en los que tendríamos asfalto y grava como menú principal. La zona de grava nos preocupaba un poco después de la aventura en Dettifoss. Eran unos 20 km en el desierto justo al principio de la etapa. Podría ser duro y por eso desayunamos como leones con Jose Y Marta en el comedor del camping. Es una tienda de campaña enorme con mesas y con posibilidad de cocinar. El desayuno se alarga comentando los pormenores de la ruta. Ellos harán la vuelta al lago hoy y mañana subirán a Husavik. Sin embargo Andy no sabe que va a hacer. Tirará hacia Akureyri lo que le dará un para de días de ventaja sobre nosotros antes de adentrarse en el paso Kjolur. Nosotros aun estamos decidiendo si nos meteremos allí o no. Esos dos días de ventaja que le vamos a dar me hacen pensar que puede ser que esa sea la última vez que vea al entrañable alemán. Eso me entristece un poco.
Ya en ruta me centro en las rectas y en no perderme nada de lo que me rodea, que no es mucho. La salida del lago es en subida hacia la meseta interior. La lluvia cae intermitente sobre la pista, que es mucho mejor que cualquier otra, así me las esperaba yo antes de venir. Da gusto. Puedes mantener el ritmo con facilidad pese a las duras rampas que se alternan con pequeñas bajadas. Los ciclistas los llamamos toboganes. Así, entre toboganes vamos ascendiendo por un paisaje absolutamente lunar. Nada, y nada es nada, vive aquí. Ni una sola planta en kilómetros.

gravel road malvik endar
Miguel, bien abrigado, junto a la señal que marca la entrada en la pista

Cada vez que subimos un repechito el viento da con fuerza en contra. Al llegar a lo más alto se ven venir unas nubes amenazadoras y un par de ciclistas. Españoles, dos chicos catalanes para más señas. Nos pasamos mucho rato hablando mientras el viento helado me deja seco. Me pongo todo lo que tengo a mano. Gorro por dentro del casco, la braga polar, guantes de neopreno… La bajada son tres toboganes que suman más o menos tres kilómetros prácticamente rectos y con señales que indican desniveles de más del 15 en casi toda la bajada. Esto no se puede dejar pasar. Es el momento de apretarse el casco y agarrarse al manillar. Una pena el viento tan fuerte en contra pero a pesar de ello supero claramente los 75km/h. al llegar abajo me doy cuenta de que estoy tiritando de frío. Comemos algo justo al final de la pista de tierra. Casi acostados en la cuneta para que el viento no nos diese demasiado. Alguien había abierto la puerta de la nevera. Yo mientras comía me puse de pie y empecé a saltar y correr para intentar sacar el frío de mi cuerpo. Sin éxito. En menos de 10 minutos estamos de nuevo sobre la bici. Sigo con todo el material puesto y ahora empieza a llover.

 

Campo de futbol de Husavik
Campo de futbol de Husavik

Veo un par de repechos que aprovecho para esprintar y coger un poco de calor pero en el segundo dolor de piernas se hace importante y la rodilla derecha me da un aviso. Llueve con más fuerza y el viento sigue en contra. Quedan unos 35 km hasta Husavik. Estamos a unos 7 grados. Seguimos en dirección norte.
La carretera es llana y el paisaje ha cambiado completamente. Grandes prados llenos de vacas y ovejas a ambos lados de la ruta. Empezamos a pasar granjas y detrás de los contenedores de una de ella comemos un poco de chocolate rápido y unos frutos secos.. joder no consigo sacarme la tiritona de encima. Lo he probado todo. Lo único que me la va a sacar hoy es una buena ducha calentita. Empezamos a ver el mar, entre la niebla , y la carretera empieza un lento descenso que durara unos kilómetros. Llegamos a un cruce.

Quedan 8 kilómetros para llegar al pueblo. La lluvia no para; encima la carretera esta en obras. El asfalto esta descarnado y hay un poco de tráfico al haber solo un carril. Hay dos repechos antes de llegar, que con el asfalto así se nos hicieron largos. Un vasco sacó su cabeza cubierto con txapela para gritarnos “Aupa!”
Al fin llegamos al pueblo y vemos una oficina de información. Después del frío pasado decidimos pasar la noche bajo techo. Entramos y nos encontramos con unos españoles que habíamos conocido en el bus de camino a Egilstadir. Los cuatro vamos a pasar la noche en una casa de huéspedes. Vamos hasta la casa, que no está muy lejos, dejamos todos los trastos y nos damos una ducha bien calentita. Antes de metersme en la ducha me peso en la báscula que hay en el baño. He perdido 10 kilos desde que salimos de casa! Si es que la vida del cicloturista es muy dura.

Iglesia en Husavik
Iglesia en Husavik

Después de la ducha salimos hacia el pueblo. La primera parada, en la gasolinera, que a lo largo del día a penas hemos comido. Nos pedimos las hamburguesas y unas patatas grandes con sendas cocacolas. Nos traen unas estupendas hamburguesas y una ensaladera gigante llena de patatas fritas. Una cosa descomunal. Con el estómago lleno nos vamos hacia el puerto. De camino vemos el museo del falo, pero está cerrado. Una vez en el puerto vamos a mirar los horarios para a la mañana siguiente ir a ver las ballenas. Consejo para futuros avistadotes de ballenas: Procurad no coger el primer barco de la mañana, ya que ese es el que las busca y los siguientes ya saben en que dirección deben ir. Después visitamos una iglesia muy maja y para terminar nos quedamos mirando desde un pequeño mirador a las casitas tipo noruego que hay en el puerto, hechas de maderita. También está el museo de la ballena, pero también está cerrado. Husavik está al fondo de un fiordo, y mañana lo exploraremos subidos al barco. Es un pueblo bastante grande y hasta hay una pequeña industria conservera o algo así. Antes vivían de la pesca de ballenas y ahora viven del avistamiento de estas. Hay un restaurante en el que podéis comer ballena o frailecillo, cosa que nosotros no hicimos. Después del paseillo emprendemos la vuelta a casa. Antes de llegar nos paramos en un campo de fútbol. Hay partido de las chicas, así que nos sentamos un rato a verlas jugar. De allí ya nos vamos a casa. Nos tomamos una sopa y para la cama, que ha sido un día duro. Para el que escribe, el día más duro.

20 de Agosto. Husavik – Godafoss

Navegando por el fiordo de Husavik
Navegando por el fiordo de Husavik

El dormir en cama y calentitos nos hace levantarnos como nuevos. Desayunamos y dejamos todo recogido. Vamos a ir a ver a las ballenas y luego volveremos por la casa para recoger todas nuestras cosas. Bajamos raudos con las bicis ya que se nos ha hecho un poco tarde. Los españoles que comparten la casa con nosotros también vienen en nuestro barco. Por fin llega el momento de embarcar.

Para mi gusto hay demasiada gente. El barco es chiquitín y todo el mundo se agolpa en las barandillas. Nos traen unos monos un poco cantosos, naranja fosforito y azules, para que nos los pongamos encima de la ropa. Al principio no estamos muy convencidos de si ponerlos, ya que no hace mucho frío, pero al ver que todo el mundo lo hace, decidimos seguir el ejemplo. A mi me toca uno talla XXL, y estoy que no me encuentro dentro. Tenemos un buen día para el avistamiento ya que el mar está bastante calmado y el cielo nublado, así que los rayos del sol no se reflejan y se puede ver por debajo del agua.

Viene en el barco un señor de Tenerife que se dedica a estudia cetáceos y fotografiarlos por el mundo. Ha venido a Islandia buscando un tipo de delfín que parece ser que sólo lo hay allí. Sabe muchísimas cosas y habla para todos los españoles, así que es como llevar un guía particular.

El viaje dura como unas dos horas y el trayecto que se hace es en el propio fiordo de Husavik. Ya solo la salida en barco merece la pena, porque es un lugar muy bonito.

Al principio no vemos nada. Todo el mundo está inquieto y va de un lado a otro, oteando cada cosilla que se ve en el mar. De pronto aparecen algunos delfines. Son de los que el canario ha venido a buscar. Van en un pequeño grupo. Son negros con una raya blanca y amarilla. Juguetean con el barco y desaparecen. De allí a un rato vuelve a aparecer otro grupo de delfines. Se les ve perfectamente y están pegadísimos. De pronto el barco cambia de rumbo y se acerca hacia donde están otros dos barcos. Dejamos atrás a los delfines. ¿Será que están allí las ballenas? Los nervios se ponen a flor de piel. De pronto se ve surgir una aleta. Parece que se mueva super despacio…… casi 20 metros de ballena están ante nosotros. De pronto huele fatal. Son las ballenas. Dice la guía que en los días de niebla los marineros muchas veces huelen a las ballenas antes de verlas. La ballena sale a respirar un par de veces seguidas y luego se sumerge. Me doy cuenta de que todo el mundo se ha quedado quieto y callado. Todos estamos expectantes y con mil ojos intentando intuir don de está la ballena para no perdernos ni un segundo de su aparición. Vuelve a salir y todos corremos hacia ese lado. Es un espectáculo genial. Es un bicho casi tan grande como nuestros barco!!!!!! Vuelve a desaparecer, De nuevo todos callados y expectantes. Cuando de pronto la vemos aparecer justo al lado de nuestro barco. No estamos ni a dos metros de las ballena!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Una cosa es verla y otra casi rozarla. Todo el mundo está super emocionado. Hasta la guía! Por fin se va y nuestro tiempo se ha acabado. Parece que llevemos media hora y ya es casi mediodía. Se ha pasado volando.

Nos reparten chocolate calentito y unas galletas típicas islandesas. Nos lo comemos todo, que ya tenemos hambre. Nos vamos a la hamburguesería del día anterior y allí mientras comemos tratamos de asimilar lo que hemos vivido. Estamos eufóricos. Teníamos las esperanza de ver delfines, y con suerte, las ballenas de lejos. Pero es que ha sido brutal! Llamamos a casa porque esto hay que compartirlo.

 

Godafoss
Godafoss

Después de comer y relajarnos un poco vamos a por el equipaje. Hoy tenemos previsto llegar hasta Godafoss. Miramos el mapa. Sólo hay 35 kilómetros así que sin prisa nos disponemos a salir. Volvemos sobre nuestros pasos y al pasar por delante del sitio de las ballenas nos encontramos con Jose y Marta. Que sorpresa y que alegría! Charlamos un rato y al fin nos ponemos en camino. El sol acaba de salir así que tendremos un estupendo día de pedal.

El camino hasta Godafoss no tiene mucha dificultad, ya que es por carretera, pero tiene algunos trozos en obras. Empezamos a sospechar que algo va mal. Como a 7 kms de Godafoss debería haber un cruce. Llevamos 30 y pico y el cruce no aparece. Empezamos a pensar que nos hemos perdido. Sacamos el mapa y nos fijamos en que no hay 35 kms si no 55! Había una errata en el mapa.
Al fin llegamos al cruce. De pronto el viento de cara nos ataca. Estamos bajando y pedaleando y vamos a 10 por hora. Parece que tengamos pegamento en las ruedas. Comenzamos a ver agua vaporizada, así que intuimos que la cascada está cerca. En Godafoss hay camping, así que plantamos la tienda y después vamos hasta la cascada.
Esta cascada tiene mucha menos altura que las otras, pero es muy bonita por la forma. Es en forma de herradura, y se supone que es la huella del caballo de Odín. Hay una ruta para hacer caminando, pero nosotros vamos solo hasta la cascada y nos volvemos para el camping, a cenar y a descansar.

La noche está muy despejada, así que pongo el despertador a las tres de la mañana. Cuando suena la alarma saco la cabeza de la tienda con la esperanza de ver una aurora boreal. Está completamente oscuro y la noche sigue despejada, pero lo único que hay fuera de la tienda es un frío que pela así que me vuelvo a meter corriendo en el saco.

21 de Agosto. Godafoss-Akureyri

Islandia en bici
Reflejos

La mañana soleada invita al pedaleo. Hace un poco de frío pero el sol nos empieza a calentar. Desayunamos con una familia danesa que viajaba en furgoneta con sus 3 niñas a cada cual mas rubia. Una vez que esta todo en las bicis comenzamos la etapa a un ritmo lentísimo. Hoy el mapa, del que yo ya no me fío ni un pelo, nos indica unos 60 km hasta Akureyri. Remontaremos un valle cruzaremos una pequeña sierra y luego entraremos en el fiordo.
Al salir a la Ring Road descubrimos un poco de viento de cara. Nada exagerado pero si que era molesto. La subida por el valle es muy llevadera. Nos cruzamos con varios grupos de ciclistas mientras el sol se va dejando ganar terreno por la nubes.al poco de empezar hay un lago que nos regala un precioso reflejo del cielo. El valle esta repleto de pequeños saltos de agua que caen de las montañas a los prados en los que las ovejas pastan despreocupadas a nuestro paso. En uno de esos verdes prados paramos a comer algo . en esta zona norte hace mas frío en general que en el sur. Las paradas últimamente son mas cortas para no enfriar el músculo del todo.
Como siempre el lugar es precioso. Verde, montañoso, con el río cristalino discurriendo por el fondo del valle.

Islandia en bici
Reflejos

Al poco de volver a la bici el viento cambia y nos da de cola. Nos ponemos a rodar a 35 por hora y el puerto que nos auguraba el mapa se planta ante nosotros antes de lo pensado. Yo, en un alarde de ingenuidad me pongo de pie sobre los pedales y comienzo a subirlo a un ritmo exageradamente alegre. todos lo puertos en Islandia son iguales, muy cortos de no mas de dos km y con mucha pendiente .todos? no, este no. Es igual de pendiente pero tiene al menos 5 km a una media, a ojo, del 10por ciento, lo que quiere decir que hay algunas rampas de impresión. Cuando llevaba mas o menos un km y medio la carretera se abre y me deja ver lo que resta de puerto que cae como una losa sobre mi cabeza y me hace sentarme en el sillín y tomar una actitud mucho mas conservadora respecto a mi velocidad. De vez en cuando miro para atrás y veo a Raquel subir a su ritmo. Lenta pero segura. En los tres siguientes kilómetros de puerto no lo saque ni un solo metro mas de los que le había sacado en el primer kilómetro. Es una apisonadora a pedales la tía esta, pienso mientras un bus pasa excesivamente pegado a mí. Tan cerca que me asusto. Su retrovisor casi me da en la cabeza, con el subidón de adrenalina soy capaz de gritarle todos los insultos que mi desoxigenado cerebro es capaz de recordar. Y grito mucho porque los pasajeros se quedan mirando por cristal trasero con cara de no entender nada. Por cierto me salieron los insultos en gallego, del tipo “fillo dun can “ y cosas por estilo. Llegamos arriba sin más novedad y ahora llega lo mejor. Otros 5 km de bajada realmente empinada. Dejo correr la bici y pillo 80kmpopr hora en algún momento. Es curioso, pero le saco más a Raquel en las bajadas que en las subidas.

Fiordo de Akureyri
Fiordo de Akureyri

Ahora toca remontar el fiordo durante unos 20 km hasta que en el fondo aparece una ciudad. Una ciudad de verdad, no un pueblo de 4 casas. En esta parte del camino decidimos ir pegados puesto que hay un poco de trafico y así se nos vera mejor. Una vez remontado el fiordo cruzamos un puente y llegamos a Akureyri. Lo primero que hacemos es parar en la gasolinera a llenar el depósito con un perrito. Esta gasolina es mucho mas barata que la otra. Llegamos un poco sucios y la gente nos mira un poco. Dos días sin ducha y polvo del desierto. Pero que cojones, estamos animalizados y nos da igual la gente.
La carretera de entrada va paralela al mar y en la cuneta hay un centenar de coches parados con la gente dentro, además lo coches de que circulan van anormalmente despacio. En un momento dado me fijo en que todos miran al mar y dirijo mi vista hacia allí. Con la sorpresa de ver dos ballenas a escasos 50 metros de la costa casi me caigo y todo. Una pequeña aleta y otra más grande cortan el mar, ajenas al revuelo que están creando en la orilla. La gente esta absorta mirándolas y saca fotos y llama a sus amigos y parientes para que bajen al puerto a verlas. Se hace raro ver a dos ballenas tan cerca de una población y de un puerto enorme lleno de cargueros y grandes cruceros. Una vez más me sorprende el clima que crean estos bichos entre las personas. Todo se vuelve silencio y espera. Es como si el tiempo fuese mas lento de lo que debería ir, o algo así. Esto no me lo esperaba, yo ya tenia suficiente con lo que había visto ayer pero de nuevo una estúpida sonrisa de satisfacción se dibuja en mi cara. Era una de las cosas que más ilusión me hacían del viaje y ahora las tenia allí de nuevo. Fue un gran momento.
Allí las dejamos y nos dispusimos a buscar el camping. La ciudad se extiende por una empinada colina y crea diferentes niveles. El camping esta en el mas alto. Descubrimos que las rampas siempre pueden ser un poco mas empinadas en este país. Llegamos al camping (un poco mas caro que los demás)y montamos y nos vamos corriendo a la ducha. Hay que cruzar una avenida de 4 carriles para ir a ella. Te puedes imaginar la cara de los islandeses al vernos cruzar en chanclas con nuestro gel y aun vestidos de ciclistas. Tenía su gracia.
Hay un super justo detrás del camping en el compramos algo para comer esta noche y nos decidimos a bajar al pueblo a ver que hay. Cuando empezábamos a bajar al centro vemos subir la super cuesta a José y Marta empujando sus bicis y con mala cara. Un día de mas de 110 km, con mucho viento y dos buenos puertos de por medio. Nos alegramos un montón de reencontrarnos puesto que ya hacia días que no estábamos en familia para cenar. Que tíos mas majos!

Me llega un mensaje en el que me comentan que la selección de baloncesto juega al día siguiente las semis de la olimpiada contra Lituania y que en balonmano hay una super partido España-Islandia de semis. Intentare ver el baloncesto, pero eso será otra historia.
Recorremos el centro a pie en poco más de una hora y volvemos al puerto a ver si nuestras amigas siguen allí. Nos sentamos un poco y cuando el frío nos empezaba a hacer dudar de lo conveniente de seguir allí una aleta surgió de nuevo, esta vez un poco más lejos. Satisfechos por un buen día nos volvemos a cenar con nuestros vascos preferidos y nos quedamos hasta las mil hablando con más gente que estaba por allí. Ya nos conocemos todos a estas alturas.
Nosotros dividimos a los turistas que nos fuimos encontrando por allí en varios grupos. Era un pasatiempo sociológico mas bien. Los grupos eran:
Cicloturistas: siempre pegados a una bici y con ropas muy características de colores poco discretos. Estos tienen mucha necesidad de comunicarse con los de su misma especie y comen como alimañas.
Mochileros: es común encontrárselos en la cuneta con el pulgar en alto esperando a que algún agrio islandés les acerque un poco a su destino.
Senderistas :aunque en un principio es fácil confundirlos con los anteriores ,no los veras en las cunetas sino en las paradas de bus y siempre llevaran un bastón de nordik walking pegado con loctite a su mano.
Los ricos: son aquellos que van en su coche de alquiler, con su ropa técnica de primeras marcas, duermen de hotel y no se bajan del coche ni para hacer las fotos con su réflex de mas de 700 euracos. De este grupo se extraen citas celebres como:”en Islandia no hay arañas” o ”pues no hace tanto frío como decían”
Los que se han equivocado de país :estos son los mejores .los mas divertidos. Van con zapatos de vestir un vaquero y camisa. Si van en pareja se pasan el día discutiendo o con mala cara porque el tiempo es malo, o la comida no es buena, o hay mucho barro, o este pueblo es muy pequeño…

22 de Agosto. Akureyri

Vikingo
Vikingo

Hace un día estupendo cuando me decido por fin a salir de la tienda. Lo cierto es que casi siempre hace un día estupendo cuando nos despertamos .hoy es día de descanso en nuestro viaje, y lo será. Lo primero es poner la lavadora a las 10 30 en punto que es la hora que reservamos ayer. Después de ponerla, desayunamos abundantemente y disfrutamos del sol un buen rato. Cuando por fin aparecen Jose y marta para desayunar les acompañamos un poco y mas tarde nos subimos a la bici en busca de la tienda de bicis de la ciudad para pasar una pequeña revisión básica.Mi disco de freno rozaba un poco en las pastillas y a Raquel le saltaba un poco la cadena en algún piñón intermedio. Lo peor de todo fue que en mi bici descubrió una pequeña holgura en el eje del pedalier. Nada terrible pero si un poco preocupante teniendo en cuenta que en las próximas etapas pasaríamos la temida Kjolur. Luego os cuento que es este mito del cicloturismo.

Calle principal de Akureyri
Calle principal de Akureyri

Volvemos al camping y la ropa ya esta seca. Dejo a Raquel recogiéndola y me voy raudo y veloz a buscar un sitio donde pongan el partido de baloncesto (España –Lituania). Es imposible. A la misma hora están jugando España e Islandia por un puesto en la final olímpica. Todos los bares lo tienen es sus televisores. Mi búsqueda llega a su fin cuando entro en el multicine y veo que hay un ambiente increíble. Dos salas llenas a rebosar para ver el partido. Antes de salir pregunto a una de las empleadas si es gratis .solo pagas lo que consumes. También le pregunte si no originaria ningún problema que yo fuese español. “Sport it´s only sport” me respondió con una estupenda sonrisa. En verano los estudiantes de lo que aquí seria el instituto suelen tener trabajos de temporada en la gasolinera, el súper o el cine del pueblo. Al principio sorprende encontrarte a un chaval de 16 años tras un mostrador pero son súper eficientes y responsables. Me vuelvo al camping en un sprint y bajo con Raquel, José y marta al cine a disfrutar del partido. Unas palomitas, unas coca colas y a mitad de la primera parte estamos instalados celebrando los goles patrios sin cortarnos un pelo. Cada poco tiempo llamo a Hugo (el hermano de Raquel) para saber el resultado del baloncesto .la cosa va bien en el basket pero en balonmano los islandeses cobran una ventaja insalvable que nos baja los humos. Pese a algún intento de remontada, es imposible y nos ganan por una diferencia de mas de 10 goles. Una señora paliza. En baloncesto ganamos y nos enfrentaremos a usa en la final. Final que no debo perderme. Salimos a la calle tras felicitar a los islandeses que estaban detrás de nosotros. La calle esta llena de gente con banderas, se les ve entusiasmados. Los coches hacen sonar sus bocinas mientras recorren la calle central. Nos decidimos por ir a comer a una pizzería cercana. El precio de las pizzas es mas o menos normal ,pero a José, que se equivoca y en lugar de pedir una pizza de pollo pide un plato de pollo con patatas y verduritas y tal y le clavan al cambio 32 eurazos.vaya carita se le quedo al pobre. Al terminar nos volvemos al camping a dormir un ratito. Antes de ello, Jose y yo nos pasamos por la recepción a intentar adivinar que tal tiempo tendremos para hacer la Kjolur. El tiempo dice que va a cambiar mañana para malo pero que seguirá empeorando. Jose dice que ellos la van a intentar hacer. Yo miro un poco mas el mapa del tiempo intentando pensar algo. Creo que nosotros no la vamos a intentar cruzar. No me atrevo. El me intenta animar pero creo que es la decisión acertada y no cambio de opinión. De hecho me inquieta un poco que ellos se vayan a meter allí sabiendo lo que viene. Me meto en la tienda y se lo comento a Raquel que secunda mi decisión. El parte decía que habría vientos muy fuertes y lluvias durante un par de días .además el viento seria en dirección norte con lo que nos lo comeríamos todo de cara.

Akureyri
Akureyri

Durante un par de horas estuve dándole vueltas a la cabeza pero todo me hacia pensar en que no deberíamos ir en bici. Finalmente me convencí de que era lo correcto y que a la mañana siguiente haríamos un traslado en bus hasta el sur de la isla justo al final de la ruta. Os voy a explicar que es la mítica Kjolur. Es una de las travesías en bicicleta más famosas del mundo. Recorre la meseta interior durante unos 200 km. Justo por el centro del país. Por un desierto de roca y lava en el que no se encuentran ni dos metros cuadrados libres de piedras en los que plantar la tienda y pasar la noche. Hay varios refugios a lo largo de ella justo en la mitad de la ruta esta el oasis de Hveravellir. Único punto donde te podrás refugiar de verdad y esperar dos días a que pase un bus.
Lo que me daba pena era estar tan cerca y no intentarlo pero en los últimos días había escuchado muchas historias de bicis rotas, de tiendas rasgadas por el viento en mitad de la noche y no me apetecía pasar un mal rato como ese en mitad de la nada y a mas de 100km de la civilización. A ellos le pudieron las ganas de verla tan cerca, pero eso será mañana.
Al despertar de la siesta nos ponemos el bañador y nos cruzamos la calle en busca de las piscinas públicas. No están mal pero están un poco llenas. Ya no estamos acostumbrados a estar rodeados de tanta gente. De igual manera disfrutamos de las piscinas, los hidromasajes y de las saunas.
Al salir de allí nos vamos al súper a comprar la cena y durante el corto paseo nos empieza a llover con lo que la decisión ya tomada cobra cada vez más fuerza. Una pena.
Nos vamos a cenar con estos y durante la preparación de la pasta de turno, Ra se tira por encima el agua hirviendo. Menos mal que solo se quemo un poco en un muslo. Se podía haber abrasado. No era demasiado y no debería molestarle para pedalear pero habría que ver como se ponía a la mañana siguiente. Nos fuimos pronto a la cama porque había que madrugar para coger el bus. A las 7 30 salía del puerto. Jose y Marta lo cogerían y se bajarían a la entrada de la ruta. A ver que tal amanece el día.

23 de Agosto. Akureyri-Gulfoss

Nuestras bicis colgando del bus
Nuestras bicis colgando del bus

Nos levantamos tempranísimo. Desayunamos rápidamente y recogimos la tienda que estaba un poco húmeda porque había llovido toda la noche. La mañana era gris, pero de momento no llovía más. José y marta se quedaron un poco dormidos y cuando nosotros nos fuimos a por el bus ellos aun estaban doblando la tienda. En la pequeña estación todo era confusión. El bus era un poco viejo pero se le veía robusto. Era super alto. Lo malo es que el maletero era enano y al final tuvimos que colgar las bicis de un soporte acoplado a la rueda de repuesto. No me convencía nada hacer 200 kms con las bicis colgando de la parte trasera del bus. Las sujetamos con todo lo que podemos. Candados y pulpillos incluidos. Jose y marta aparecen pelaos de tiempo. Finalmente este no es el bus en el que deben ir, así que aun tienen 10 minutitos. Nos despedimos prometiendo mails a la vuelta a casa. Les deseo toda la suerte del mundo para intentar cruzar la Kjolur. Bromeamos un par de minutos con que solo unos vascos serian tan cabezones como para irse en bici. Jose y marta son dos aventureros de tomo y lomo con historias en medio mundo. Escaladores experimentados con cimas como el Mont Blanc, el Aconcagua y el intento del Khan Tengri el año pasado. Para los que no lo conozcáis es una montaña perfecta en Uzbekistán. Una de las necesarias para que te den el leopardo de las nieves. Un titulo honorífico de la federación rusa de alpinismo que se da a los que son capaces de ascender las a 5 cumbres mas altas de la antigua unión soviética. Además de muchísimas escaladas en hielo y viajes en bici por media Europa. Unos craks en definitiva.

Ruta Kjolur
Cruzando Islandia por la Kjolur

Sin más el bus sale a buen ritmo para lo destartalado que parecía. Los 90 primeros kilómetros discurren por la Ring Road sin mucha novedad. Hay un par de pardas en las que aprovecho para bajar y comprobar el estado de las bicis. De momento van bien pero no se que pasara cuando entremos en la pista.
Sin mucha novedad entramos a la pista. En los primeros kilómetros asciende ligeramente pero de forma continuada hasta alcanzar un alto desde el que se ve una inmensa zona de lagunas. Es curioso pero a pesar de la cantidad de agua que hay no se ve ni una sola planta o ser vivo por ninguna parte.

El bus va haciendo algunas paradas para que nos bajemos a hacer unas fotos. En cada parada nos bajamos a comprobar el estado de la bicis y en cada parada encontramos un pequeño rayazo, la desaparición de un guardabarros… una putada el tener que llevarla allí colgadas. Pero en fin ya no hay marcha atrás. El viento en cada para era mas fuerte. En la última parada antes de llegar al oasis del centro nos cuesta mantener el equilibrio. Llegamos al centro del desierto. Una pequeña caseta hace las veces de super, recepción de camping, refugio y bar. Hay unas pequeñas pozas naturales de agua caliente y una zona de acampada bastante protegida del viento. Pretendemos aprovechar la parada para meter las bicis en el maletero del bus. Hasta ese momento nos habíamos topado con algunos ciclistas en nuestra misma dirección .Algunos conocidos y otros anónimos, pero todos con cara de esfuerzo. El viento era muy fuerte. Si mirabas hacia el sur podías ver entrar la borrasca como si fuese la animación del meteosat. Nunca había visto nada igual. Una enorme masa de nubes negras se acercaba a una velocidad flipante. Eso era lo que ayer había visto en la predicción.

Reanudamos el viaje y en poco tiempo nos metemos de lleno en la borrasca. La parte sur de la ruta esta en peores condiciones que el norte. El bus va de piedra en piedra y parece que los cristales van a saltar por los aires en cualquier momento. Las caras de los viajeros se van volviendo blancas. Al llegar al final de la ruta, a la altura de la cascada de Gulfoss, nos bajamos del bus con un mal cuerpo de impresión. Hace un día de perros. Llueve a mares y el viento es insoportable. No puedo evitar acordarme de los vascos y de lo mal que lo deben estar pasando .una pena no habernos dado el móvil para saber lago de ellos.

Gulfoss
Gulfoss

Las bicis están llenas de barro por todas partes. Las ponemos a la lluvia un rato para que se limpien. Nosotros nos metemos en la cafetería que hay cerca de la cascada, llena de souvenirs y turistas. Esto es el Golden Circle, lo más turístico de toda Islandia. Se compone de esta catarata, el Geiser y el lago Thingevir. Esta muy próxima a la capital y salen autobuses de ella para recorrerlo todos los días. El tiempo no mejora, de hecho aunque parecía imposible, el viento es cada vez más fuerte. Preguntamos en la cafetería si podemos dormir en una caseta cercana que es una sala con paneles informativos y baños pero nos dicen que a las 10 viene un tipo a cerrarla y no deja que nadie se quede dentro. Así que plan b: buscar un sitio donde poder plantar la tienda. Nos lleva un buen rato decidirnos por un buen sitio. Finalmente nos decidimos por acampar tras la caseta de los baños. Allí nos protegemos un poco del viento a pesar de ello las varillas de la tienda se flexan de una forma increíble hasta casi tocarme la cara cuando estoy tumbado dentro.
Hoy es el cumpleaños de mi madre así que llamo a casa. Allí están a 35 grados tomándose una cervecita fresca en el jardín. Joder!!! Se ríen un poco de nosotros haciendo coñas en plan “aquí campo base” o terminar las frases diciendo “cambio”.  Muchas coñitas pero había que verlos a ellos allí metidos. Bueno, nos echamos unas risas y eso nos vino muy bien. Estábamos preocupados por la noche que nos esperaba y por nuestros compañeros dentro del desierto. Lo debían estar flipando allí arriba. Lo peor es que una vez vista la pista y los aledaños es imposible plantar la tienda en ninguna parte, y con este viento y sin nada que te proteja el viento seria fácil que se rompiese la tela . a ver, no es nada que te cueste la vida pero pasar una noche como esa a la intemperie no es aconsejable. Habría unos 5 grados. Nos metimos en la tienda a eso de las 5 de la tarde y no salimos hasta las 9 o así que salimos a mirar el cielo. Sorpresa. Estábamos en medio de un increíble claro. Cielo azul y sol que no dura más de 10 minutos. Hay un dicho islandés que dice que si no te gusta el tiempo espera 5 minutos y será peor. Así que cenamos y nos quedamos dormidos sin más novedad. Esa noche a las 6 de la mañana era la final de baloncesto de las olimpiadas. No iba a poder verla pero tendría a Hugo en casa dispuesto a hacerme resúmenes de cada cuarto. Mañana será otro día. Esperemos que mejor.

24 de Agosto. Gulfoss-Laugarvatn

Geysir, Islandia
Geysir

A eso de las 6 de la mañana me despierta el teléfono. Es Hugo, me cuenta que es el mejor partido que ha visto jamás y que estamos jugando de maravilla. Aún con todo vamos perdiendo de poco y los árbitros ya nos están jodiendo. Después de eso ya no vuelvo a cerrar los ojos y no dejo de pensar en como estará el partido… Hugo llaman un par de veces intentando hacerme una crónica improvisada en pleno momento de excitación. Al final no hubo suerte pero me alegra saber que les hemos dado una lección a esos prepotentes dopados. Esto es Ba-lon-ces-to no salto de altura, chavales.
Así nos levantamos sin lluvia y sin viento. La tormenta se alejaba hacia el norte a toda prisa. Y nosotros nos apresuramos a recoger la tienda y ponernos en marcha. Desayunamos rápidamente excitados ante la posibilidad de poder volver a subirnos a la bici, de seguir disfrutando.
Como siempre cuesta un poco empezar pero tras unos primeros km de toboganes sin mayor dificultad vemos una enorme recta en bajada. Enorme recta en Islandia son unos 7 km. Es una suave bajada que te lleva de la meseta central a los campos verdes de las tierras del sur. El cambio de paisaje es radical. En menos de 5 km pasamos del desierto a los verdes prados llenos de pequeños arroyos. A lo lejos vemos un glaciar. Le digo a Raquel que lo mire bien porque será el último que veamos en el viaje. Tras grabar aquel momento en la memoria dejamos deslizarse las bicis por la cómoda bajada. Es tan suave y constante que no pasamos de 40 en todo el tramo. A mitad de recta empezamos a vislumbrar, a lo lejos, al fondo del enorme trazo negro una nube de vapor que surge de la nada cada cierto tiempo.sera geysir?? “No puede ser”, nos decimos… “aun queda bastante para llegar”..” unos 5 km” pero al tiempo que decimos eso y calculamos las distancia ,cada uno para si mismo, inconscientemente, nuestras piernas comienzan a bombear con fuerza y cada vez que vemos el agua al fondo , un poco mas rápido y así hasta que llegamos al final de la recta y entramos en el recinto.


Hay bastante gente, al menos mas de la que esperábamos. Hasta hay autobuses. Un montón de gente se aposta como francotiradores armados con sus cámaras a la espera de que el geysir haga su representación .nos sentamos un poco alejados del mogollón. Como a unos 20 metros, lo vemos explotar un par de veces y por fin nos acercamos, cuando el autobús del tour organizado deja el lugar en silencio. El silencio dura un segundo pues otros dos llegan al momento. Ya bien posicionados nos asomamos al agujero de agua cristalina. Observamos maravillados el simple espectáculo. Simple pero majestuoso. En estos sitios notas que el planeta esta vivo y eso te estremece un poco. Es como si la tierra nos estuviese terminada y la hubiesen inaugurado antes de tiempo. El campo geotérmico se compone de varias pozas hervientes el géiser original y otro mas pequeño que es el que funciona actualmente. El original, el que da nombre a este fenómeno, se lo cargaron hace muchos años intentado controlar sus explosiones. Los lugareños lanzaban al interior kilos y kilos de jabón para forzar sus explosiones y no tener que esperar para ver el espectáculo.

Sacamos las fotos de rigor y nos acercamos al complejo turístico que hay justo en frente del geysir. Es una enorme cafetería son self service y una tienda con todos los souvenires típicos. Nos comemos una hamburguesa muy sabrosa con su buena ración de patatas viendo la ceremonia de clausura de las olimpiadas. No tardamos mucho en volver a la bici y disfrutamos de un sol estupendo que nos acompaña durante un buen rato.

Laugarvatn
Laugarvatn

Atravesamos el paisaje a buena velocidad y con engrías renovadas. Para el principio de la tarde las nubes se vuelven más amenazadoras y en los últimos kilómetros no nos libramos de unas gotas. Llegamos a Laugarvatn, un pequeño pueblo a la orilla del lago del mismo nombre. El camping esta justo al principio del pueblo y nos recibe un curioso personaje ataviado con gorro tejano.no hay nadie en el enorme camping así que no tenemos problemas para instalar la tienda. los baños son una caseta de obra pero lo mejor es que la ducha esta en un restaurante que hay al lado de la recepción. Unas risas pasar por el medio de los islandeses en chanclas, con la toalla, la ropa para cambiarse, el gel…y ellos que te miran con cara de islandés que no se entera de nada. Es temprano .A penas las 5 de la tarde asi que nos vamos a dar una vuelta por el pueblo fantasma. De lo mas fantasma que hemos visto nunca. Porque no era de los mas pequeños pero no había nadie por la calle. Nos distraemos un poco intentando entender porque tienen en sus jardines chatarra o lavadoras viejas o cosas similares. Tienen las casas impolutas por dentro pero el jardín parece un desguace. Nos damos la vuelta al pueblo y nos maravillamos con las instalaciones deportivas de este pueblo de no mas de 1500 habitantes. Piscina olímpica, pista de atletismo de tartan del bueno, campo de fútbol de hierba y pabellón polideportivo. Joder que envidia de país. El pueblo mas ínfimo dispone de unas instalaciones de primera calidad. Algunas un poco anticuadas pero muy bien cuidadas.

Volvemos al camping y nos comemos una pizza en el restaurante. Nos enteramos de que Islandia ha perdido la final de balonmano con Francia hablando con la camarera. Que veía la mtv. Volvemos a la tienda y mientras niebla escribe en el diario me dedico a limpiar y dejar las bicis en perfecto estado de revista .perfectas para seguir.

25 de Agosto. Laugarvatn-Reykjavik

Casa tipica islandesa
Casa tipica islandesa

Es lunes, llueve, hace mucho viento. No espero nada bueno cuando abro la tienda. Así es. El viento barre el camping acompañado de una fuerte lluvia. Además la visibilidad es bastante mala. A unos 50 metros ya no se ve nada.
Al pasar la Kjolur en bus hemos ganado unos días con los que no sabemos que hacer. Estamos demasiado cerca de la capital como para alejarnos de nuevo. Tal vez volver al este, a Launmanalaugar, o rodear la meseta hacia el norte y bajar por la costa oeste. Con este tiempo no se puede, así que ante la cercanía de la gran ciudad sucumbimos a sus encantos. la aventura se termina aquí. No puedo evitar sentirme derrotado. No lo hemos conseguido, Islandia ha podido con nosotros. Con el ánimo por los suelos y sin decir una sola palabra recogemos como cada día nuestra casa plegable y la montamos en esas increíbles maquinas que nos han llevado a sitios inimaginables. El camping es fiel reflejo de nuestro ánimo. No hay ni una sola tienda. Volvemos al bar y esta cerrado. Detrás de la barra hay una mujer a la que hacemos señas y se acerca a la puerta. le preguntamos si podemos coger un bus que nos lleve a Reykjavik y si podemos pasar a comer algo. Su respuesta nos deja un poco atónitos. Sus palabras textuales fueron “el invierno ha llegado hoy”. Los niños han empezado las clases y el camping esta cerrado. Respecto a lo del bus, nos dice que pasa uno a eso de la una y media y que debería parar en la gasolinera. “El invierno ha llegado hoy” resuena en la cabeza mientras vamos a la gasolinera bajo un manto de lluvia que nos cala a los 100 metros de salir. Dejamos las bicis fuera y nos metemos en el pequeño super-burger-gasolinera-estación. Comemos unas patatas y un buen rato después llega el bus. Un simpático conductor nos ayuda a meter las bicis y todos los paquetes en el maletero. Me subí al bus esperando encontrarme alguna cara conocida, pero  no, nadie. Tomamos asiento en la parte de atrás. Hace muchísimo calor allí dentro. El bus se pone en marcha y se desvía de la Ring Road para pasar por una pista que nos llevara al lago Thinvellir. Un lugar que deberíamos haber visto ese día.
Poco antes de llegar después de un duro repecho entre la niebla aparecen dos ciclistas a los que si conocemos. Son Loli y Alfonso, los gallegos. Unos fieras. Me alegro de verlos. Aunque se les vea sufrir, tienen buena pinta.
Paramos en el lago .este sitio es importante por varios motivos: es el lugar donde se creo el primer parlamento del mundo. Las antiguas sagas que habitaban Islandia se reunían en torno a este lago para discutir las cuestiones de gobierno. También es un bonito parque natural donde tiene su residencia la primera ministra del país. El ultimo motivo y el mas impresionante es que en este lugar se juntan dos placas tectónicas, la euro asiática y la americana formando una increíble cicatriz a lo largo de varios kilómetros.
Para nuestra desgracia el bus para en el centro de interpretación alejado unos 2km de los puntos de interés. Solo para media hora y llueve a mares. No nos movemos de la pequeña caseta. De nuevo en el bus pasamos justo por la grieta y ya nos acercamos a Reykjavik. Menos de 20 km para la gran ciudad.
No es aconsejable entrar en la ciudad en bici puesto que las vías de entrada son grandes autopistas de varios carriles y con muchísimo trafico. solo hay un carril bici que entra desde el norte cerca de la costa, nos hablaron de el pero nadie sabia donde estaba exactamente.
Abrumados por la cantidad de coches y zonas industriales de los últimos kilómetros nos bajamos del bus con una cierta sensación de temor. Montamos todo de nuevo en las bicis y salimos de la estación. Nos quedamos unos minutos en la puerta de tiempo de adaptación. Preguntamos donde estaba el camping y nos pusimos en marcha de nuevo sobre la bici. Fue divertido, una pequeña gymkhana urbana que me alegro el día. Carriles bici, peatones, semáforos, pasos de cebra, bordillos, escaleras…vamos, completito. Me encanta andar en bici por la ciudad, claro  que con todo el peso la bici era un poco menos ágil .En unos 20 minutos estábamos en el camping, justo al lado de la piscina municipal y el albergue. Montamos nuestra tienda en un sitio elevado (en previsión a las lluvias) y protegido del viento. Estaremos tres noches aquí así que hay que buscar buen sitio. es temprano, las 5 o así. Preguntamos por un super y nos comentan que hay uno cerca. Vamos hasta allí y volvemos al camping para sentarnos en una mesa a maldecir a la lluvia. Estamos como tres horas sentados, casi callados y tristes.
De repente entre la gente me pareció ver el plumas rojo de Marta. Así es. José y Marta están allí. No sabíamos nada de ellos desde que se disponían a cruzar la meseta.
Después de los saludos iniciales nos cuentan su aventura en el desierto.
Resulta que nuestros esforzados vascos se metieron de lleno en la tormenta que nosotros también pasamos. Rodaron 35 km hacia el sur (con el viento de cara) a menos de 8km/h y con un esfuerzo increíble cuando en el sentido contrario como una aparición a 50km/h distinguen a Andy (el entrañable alemán) que viene de vuelta. Se ha dado la vuelta porque había una errata en los mapas y el refugio en el que podrían pasar la noche esta a 20km mas de lo esperado. Los tres juntos deciden desandar lo andado y salir de la meseta para refugiarse de la tormenta. Vuelven los 35 km en menos de una hora y tocando el freno porque el viento los empuja de forma increíble. La estadística dice que el viento en esta ruta en norte sur en el 90% de los días. Durante esos tres días el viento fue sur norte y nadie fue capaz de pasar la Kjolur. En ese momento supe que nuestra decisión fue la más acertada.
Ellos volvieron en bus directos a Reykjavik, y Andy se bajo como a 150 km para seguir en bici…
Cenamos juntos y nos echamos unas buenas risas antes de ir a dormir, ya tarde.
A partir de ese día empezó un segundo viaje, menos movido pero igual de recordado.

26 de Agosto. Reykjavik

Reykjavik
Calle comercial de la ciudad

El viaje ha terminado así que nos disponemos a disfrutar de las comodidades de la gran ciudad. Nos levantamos mas tarde de lo habitual.
Desayunamos bien y relajados. El reencuentro de ayer fue muy positivo para el ánimo. Ellos se van hoy a hacer un tour organizado para ver el Geisyr y el lago. Estamos seguros de que a lo largo de los próximos días nos iremos reencontrando con mas gente, y eso nos hace bastante ilusión, la verdad. Habíamos conocido a gente muy maja dispuesta a ayudar y darte buenos consejos a lo largo del viaje y ahora podríamos ver a algunos en un ambiente más cómodo.
Hay mucho ajetreo en el camping. Hay tres zonas de acampada dos de ellas del tamaño de sendos campos de futbol. La tercera ,mas pequeña y recogida ,es la nuestra, justo al lado de la recepción. El camping dispone de todos los servicios necesarios para que la estancia en el sea de lo mas agradable. Nos quedamos un rato hablando con Jose y Marta después del desayuno. Nos comentan que hay un carril bici que rodea el centro por el puerto y que es un bonito paseo.
Nos subimos a la bici y nos vamos ciclando tranquilamente en dirección al mar. Después de un mes con la bici cargada parece que lleve una pluma con pedales. En un par de km estamos en pleno centro. Decidimos salir del carril bici para meternos de lleno. Cuando nos disponemos a cruzar la avenida, mientras esperamos a que el semáforo se ponga en verde, al otro lado aparece el Noruego que se alimentaba de cereales y frutos secos. juas! que sorpresa. Esta buscando un piso para quedarse a estudiar este año pero lo tiene difícil, pues es todo bastante caro. De momento está alojado en el mismo camping que nosotros.
Seguimos el camino y en un momento nos encontramos en “la calle”. Todo está en esta calle. Todas la tiendas, librerías, tiendas de música, de ropa de montaña, de souvenirs… no hay otro sitio a donde ir. Es asi . Reykjavik no tiene mucho a donde ir. Pero eso aun no lo sabíamos.

Ayunatamiento, Reykjavik
Vista desde el ayuntamiento

Dejamos aparcadas las bicis en una farola y nos vamos caminando. El sol sale algunos momentos. La calle esta llena de vida. Hay mucha gente, entre turistas y lugareños. Hay un montón de librería a las que entramos a curiosear. En todas esta el libro “Lost in Iceland”. Un libro de fotografías increíbles del país. Es una edición de tapas duras de muy buena pinta y buen precio, librería a librería gana puntos para ser nombrado el regalo elegido para la familia. Describe bastante bien lo que hemos hecho en estas tierras.
Igualmente en todas las tiendas de discos están Sigur Ros y Mum. Es un gusto entrar en una tienda y pedir algo así y que no te miren raro. Aunque no lo tengan. En todos lo estantes esta Heima, un documental hecho por los chicos de Sigur Ros. Os lo recomiendo. Volvieron a su país después de llenar estadios para tocar en pueblos fantasma, factorías abandonadas o en medio de la nada. Sin avisar a nadie, sin promocionarlo. Ellos llegaban montaban su equipo y se ponían a tocar. En muchos sitios no se sabe de donde aparecía la gente, pero aparecía. Además es una buena forma de entender como los Islandeses aman profundamente a su tierra. Mucho mas que la mayoría de los otros países. Pero ellos no veneran especialmente su bandera o su himno. Ellos quieren a su tierra, a sus paisajes.
Revoloteamos de tienda en tienda mirando muchas y comprando pocas. Llegamos casi al final de la calle. Termina en una enorme plaza donde confluyen muchas otras.
Por cierto, la estupenda fachada de la catedral estaba completamente tapada por una lona azul. Se supone que el arquitecto se inspiro en Svartifoss para diseñarla. Nos damos una vuelta por las callejuelas de alrededor. Pasamos por el café Paris, un coqueto café situado frente al ayuntamiento. En este lugar se deciden las tendencias más cool que reinaran en europa.jejeje.o eso ponía en algún sitio.
Entramos al ayuntamiento. Hay un enorme mapa del país en relieve. Es curioso ver por donde hemos rodado a vista de pájaro. Hay algunas vitrinas donde se explica el porque de la influencia norteamericana en Islandia.
Al salir nos sentamos con nuestros amigos los patos a tomar un poco el sol.

Vamos a comer a una pizzería regentada por un marroquí que habla español perfectamente y que nos invita a las bebidas. Ya hemos visto Reykjavik. Nos vamos a la biblioteca a conectarnos a internet que tenemos curiosidad por las noticias del mundo. Lo que días atrás nos habían contado como un pequeño accidente en Barajas se convirtió en una tremenda catástrofe con decenas de muertos. Nos quedamos impactados y salimos sin saber muy bien que hacer.
Damos una vuelta por la zona y nos decidimos por ir a pasear por el puerto. Pasamos la tarde haciendo un poco el gamba con la bici y riendo en general.

Volvemos al camping y preparamos la cena. Aquello esta lleno de gente conocida. Un sin fin de saludos y comentarios. Entre esa gente están Alfonso y Loli ,los gallegos. Cenamos todos juntos, los 4 gallegos y los dos vascos. Nos echamos unas buenas risas comentando aventurillas varias. Y la sensación de derrota del día anterior se esfuma y aparece una de sensata felicidad. Hemos rodado casi 1000km por sitios increíbles, con un tiempo muy bueno. Además,  aunque estuviésemos rodeados de expertos ciclistas y aventureros, para nosotros solo era el principio. Nuestro primer viaje. Todos flipan con los ocho meses de entreno de Raquel, incluso yo.
Nos comentan de un outlet de una marca de ropa local. Ropa de montaña. así que al día siguiente iremos a echar un vistazo.

27 de Agosto. Reykjavik

Oficina de información
Oficina de información

Nos despertamos con la lluvia y desayunamos tranquilamente. Es tarde pero no tenemos prisa. Por la mañana nos vamos ir de compras… o a intentarlo al menos. Los precios de la ropa deportiva y esas cosas son bastante prohibitivos.
En un momento que deja de llover nos vamos en la bici a los polígonos de Reykjavik, y esto no es Callejeros, amigos. Todo lo que es el centro mas urbano de la ciudad esta rodeado por una inmensidad de polígonos comerciales y grandes autopistas al mas puro estilo usa. Todo tipo de restaurantes de comida rápida se agolpan al lado de todo tipo de tiendas, desde muebles a ropa pasando por bicis. Y en esas últimas entramos. Muy grandes y con muchas cosas. Todas las bicis son americanas. Hay un montón de complementos para la lluvia y nos pasamos el rato dando vueltas.
Al poco de volvernos a la bici aparece ante nosotros un enorme centro comercial. Como empieza a llover con fuerza nos metemos a curiosear .nada nuevo ni diferente a lo que seria un centro comercial aquí. Pero te haces una idea de lo que le gusta a esta gente. Las librerías y las tiendas de discos están por todas partes. En las agencias de viajes triunfan España y Croacia a precios bastante ajustados.
Nos salimos de allí y raudos y veloces nos vamos al outlet que buscábamos. 66˚north se llama y tienen ropa de montaña muy chula y cara. Por eso venimos aquí. Esta marca comenzó haciendo ropa para los trabajadores islandeses. Para los que trabajan al aire libre, haciendo carreteras o pescando. Al final compramos alguna cosilla y al salir de la tienda nos tenemos que refugiar porque llueve como si lo fuesen a prohibir. Tras un buen rato de espera nos vamos al camping a comer.

Jose, Raquel, Marta, Miguel y Andy
Jose, Raquel, Marta, Miguel y Andy

Comemos con Loly y Alfonso, los gallegos. Estamos otro buen rato de charla y de pronto llega un ciclista que nos resulta familiar. “¿Andy?” le pregunto a aquel tipo tapado hasta las cejas y empapado hasta los gayumbos. “Eeeyyy!!!!seeeñoooor!!” me responde. No hay duda, es el alemán mejicano. Mas mojado que un merluzo se sienta y nos cuenta que tal le fue en los últimos días. Ya estamos todos.
Al poco llegan José y Marta y nos quedamos toda la tarde sentados hablando y contando batallitas. A lo largo de la tarde se fueron uniendo mas miembros de la familia y al final la mesa estaba a reventar. Era la mesa de la bici, un poco mas allá estaba la mesa de los caminantes y al fondo estaba la mesa del cordero. Unos amigos catalanes se estaban haciendo un cordero a la brasa que nos hizo girar la cara a todos. Como olía!!!!
Bueno la sesión de tertulia para que os hagáis una idea, duro de 2 de la tarde a 12.30 de la noche más o menos. Comimos un lomo que habíamos paseado por toda Islandia y Andy nos introdujo en el mundo del té a los españolitos del café.
Como veis, el día no tiene mucho que contar. Sin embargo lo recuerdo como un gran día. Lo cierto es que hicimos buena piña con toda esta gente de su padre y de su madre.

28 de Agosto. Reykjavik-Keflavik

Reykjavik
Reykjavik

Sigue lloviendo sobre Islandia. Todo empieza a oler un poco a humedad. Fuera de la tienda todo esta mojado y frío. Estaremos a unos 6 grados por la mañana y no deja de llover. Vamos a desayunar y de nuevo se junta la familia, menos Jose y Marta que se han ido ya a Alex. El camping que hay al lado del aeropuerto en el que te guardan las cajas de la bici. Esta es una parada obligada para todos los ciclistas. Nosotros nos vamos por la tarde.
Pasamos la mañana allí sentados. el cambio de camping nos acercaba un poquito mas a casa pero aun nos quedaban un par de días de asueto y relax. Después de comer recogemos la tienda y nos vamos a la puerta del camping que es donde para el bus. Nos despedimos de todos. Andy se despide de nosotros con especial cariño. Un gran amigo el alemán. El fue el primero que nos enseño que es esto de viajar en bici solo con su forma de actuar con los demás. Increíble.
La carretera que une la capital con el aeropuerto internacional no es aconsejable hacerla en bici. Una especie de autovía de dos carriles azotada por el viento que viene del mar.
El autobús da unas vueltas por diversos hoteles recogiendo más turistas.
El bus nos deja en la puerta del aeropuerto pero aun no nos toca a nosotros. Eso será pasado mañana. Montamos los bártulos por última y nos subimos a las bicis para pedalear los dos últimos kms de nuestro viaje. Dos kilómetros que separan el aeropuerto del camping por un paisaje ya conocido. Como no, el viento quiere despedirnos y sopla con cierta fuerza en contra. No puedo evitar sonreír levemente y finalmente reírme. Al llegar nos encontramos de nuevo a Jose y Marta que están embalando cuidadosamente las bicis. Esta noche dormiremos bajo techo. El camping este tiene de todo: cabañas, sleeping bag, y camping propiamente dicho. Elegimos dormir en el dormitorio común con los sacos.
Nos acomodamos y comprobamos que nuestras cajas siguen allí. Así es. Sigue pareciendo gente más o menos conocida. Ayudamos a empaquetar las bicis de algún compañero y comemos cualquier cosa. Jose y Marta se van a ultima hora con promesas de volver a vernos, ya cumplidas. No podemos evitar ponernos tristes ante la marcha de unos buenos amigos que nos han enseñado mucho. Grandes.
La tarde transcurre monótona mientras fuera el viento sopla demasiado hasta para este país. El ambiente en la sala comedor es un poco deprimente pues todos estamos esperando a nuestro avión. la espera mas larga que jamás he hecho. Nos vamos a la cama temprano con la esperanza de que el tiempo pase rápido mientras dormimos.

29 y 30 de Agosto. Vuelta a casa

Bandera de Islandia
Bandera de Islandia

El último día en Islandia. El último, tedioso, y largísimo día en Islandia. Pasamos la mañana vagando de la tele a la sala-comedor. Sin mucho afán. Esta noche ha sido terrible para las tiendas de campaña. Por la mañana están todas arremolinadas detrás del edificio de recepción. Algunas rasgadas por el viento la gente ha desmontado en plena noche y se ha mudado a un lugar mas recogido. El viento es fortísimo. Nos cuesta mantener el equilibrio, y no es coña.  Durante unas horas se especula con la posibilidad de que se cierre el aeropuerto pero nada de eso sucede.
Nosotros nos afanamos en el embalaje de nuestras pequeñas. Con mucho mimo y recordando cada consejo recibido. Finalmente ,con el trabajo bien hecho nos volvemos al comedor. Allí todo es aburrimiento salvo por Gery,(un simpático austriaco), Darek (un polaco que se recorre el mundo y luego lo cuenta en guías de viaje), y una francesa (de la que no recuerdo el nombre pero que esta como una cabra). Nos bebemos unos chupitos de un licor islandés que levanta a los muertos. Mi organismo lo nota a los pocos minutos de entrar. Un mes de ejercicio físico sin ningún aditivo te purifica que no veas. Me pille un puntillo muy agradable. Cuando esta anocheciendo nos llevan al aeropuerto. Nuestro avión sale a las 6 de la mañana hacia Londres. Pasaremos la noche maldurmiendo allí. No puedo evitar recordar el día que llegamos llenos de ilusión y nerviosos ante lo que ofrecía ante nosotros.

El día 30 bien temprano dejamos Islandia en un avión muy lujoso. Desayunamos bien a bordo y me pongo en la pantallita del asiento delantero Heima, el docu de Sigur Ross. Un gusto dejar el país con ellos. Su música, a pesar de ser super internacional, adquiere un significado especial en aquellas tierras.
Ya en Londres, sorpresa. Nuestras bicis no aparecen y un sinfín de carreras y gente nos apabullan a cada minuto. Hecha la reclamación. Nos disponemos a subir a otro avión. Este el definitivo. Ahora sin bicis. Ahora si que estamos de bajón. Volver a casa sin ellas fue realmente una putada que no olvidare fácilmente. Por fin llegamos a A Coruña. Recorremos los 180 ultimos kilómetros en coche hasta llegar a nuestras casas. Nuestras camas. Todo eso que no había extrañado ni un segundo. Lo primero que hice después de contar un par de aventuras fue ponerme “el partido de baloncesto”.  Lo disfrute muchísimo e incluso celebré puño en alto algún triple de Rudy. Todo había terminado. No. Realmente todo termino un mes después cuando nuestras bicis llegaron sanas y salvas a casa. Una experiencia increíble.

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Comentarios: 1
  • #1

    ricardo (lunes, 16 abril 2012 10:39)

    Hola, adorei a vossa viagem. Este ano também a quero fazer em MTB, têm os quilometros que fizeram entre cidades?
    podem enviar para dalazer@gmail.com